Oviedo, E. G.

Los códigos de Derecho dieron paso a la nueva Ortografía de la Real Academia Española. Es la conclusión que alguno puede extraer de esos 22 folios firmados por el secretario general del Consultivo, José Manuel García Gallo, y por el presidente del órgano asesor, Bernardo Fernández.

El proyecto de decreto del reglamento de evaluación es, en su forma, manifiestamente mejorable, y el Consejo Consultivo entra a saco en detalles en los que alguien puede entresacar cierto ensañamiento por su minuciosidad.

Hay reiteraciones («varias son las que recuerdan en el proyecto que la adhesión a los planes es voluntaria»). Y no se respetan las directrices para las guías de elaboración de disposiciones de carácter general: «en las enumeraciones que forman parte de una oración cada elemento de la lista comenzará con minúsculas y acabará con una coma, excepto el penúltimo, que acabará con las conjunciones «o/y», y el último, que acabará con un punto y aparte». Como en el colegio.

El Consultivo pide asimismo un «criterio uniforme en el tratamiento de lo que se conoce como lenguaje no sexista, evitando soluciones variopintas». Pone ejemplos. El «consejero» del artículo 3 se convierte en «consejero o consejera» en artículos posteriores. Pasa lo mismo con directores, jefes de estudios, presidente, secretario o funcionario (a veces así, a secas, y otras veces con la «a» complementaria tras cada una de las referidas palabras.

Se recomienda vivamente «revisar la utilización de las mayúsculas a fin de evitar un uso inconstante y contradicciones».

El Consejo Consultivo había echado atrás el proyecto de reglamento el pasado 30 de septiembre por faltarle el requisito de paso por el Consejo Escolar. Ahora, tras un segundo dictamen, le queda al Principado la tarea de subsanar agujeros. Son los deberes para el segundo trimestre del curso.