La Lampedusa española está en Melilla. "Le mandé un mensaje a la vicepresidenta del Gobierno en el que le decía que no podemos estar ni un minuto más con esas cuchillas, en Melilla. No podemos pasar las Navidades y comer el turrón sin salir a la calle, ¿dónde está el 15- M, las asociaciones religiosas, la sociedad civil para defender a los emigrantes?". Así de tajante se mostró el padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz y premio "Príncipe de Asturias" de la Concordia, en la celebración de la fiesta del docente que, organizada por el sindicato ANPE, rindió homenaje a los jubilados y en la que destacó el gran papel del docente en la formación y el actual concepto de solidaridad.

Al acto, celebrado en el auditorio de Oviedo, asistió la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Ana González. Fue presentado por el presidente de ANPE, Gumersindo Rodríguez, quien aprovechó esta nueva edición de la fiesta para reivindicar la labor del profesor. Hoy, afirmó, "es una profesión de riesgo. Es necesario reconocer la labor moral y académica del profesor". Un discurso que inició precisamente aludiendo a la historia del profesorado en estos 14 años de la fiesta del docente: "No recuerdo momento peor. Palos, recortes que ya vienen desde la era de Zapatero", denunció. Y cargó contra "el mensaje transmitido por los políticos, un mensaje peyorativo de los docentes, de vagos con muchas vacaciones, y de privilegiados".

Por su parte, la consejera de Educación se centró en mostrar su respeto por los profesores, aunque hubo un minidebate improvisado cuando el presidente de ANPE le pidió que apoyara un detalle mínimo: entregar en próximas ediciones un diploma a los homenajeados. Ana González había sido contundente minutos antes de comenzar el acto al declarar que la enseñanza española vivía una época muy dura con la política del PP de expulsar a muchos alumnos "del sistema educativo" para sentenciar que la enseñanza está "de luto" por el avance de la LOMCE, la polémica ley impulsada por el ministro José Ignacio Wert.

Pero sin lugar a dudas el mensaje que más caló entre los asistentes fue el del padre Ángel, que primero describió lo que sucede en Filipinas tras la tragedia del tifón y más adelante dio una lección moral denunciando lo que ocurre con las cuchillas insertadas en la valla de Melilla para impedir el paso de inmigrantes.

No obstante tuvo unas muy emocionantes palabras para los profesores por su trabajo y aprovechó para evocar al primer cura que conoció en la Rebollada o a su primera maestra: "Los profesores se llevan en el alma y su mejor regalo es su reencuentro con los alumnos", dijo el presidente de Mensajeros de la Paz, que inició su intervención con un vídeo en el que se mostraron los numerosos logros solidarios de su organización en todo el mundo, desde los centros de acogida, la atención a ancianos o la recogida de material escolar para niños.

Cuando se refirió a la tragedia de Filipinas lo describió con toda la crudeza: "Ya vivían en la pobreza. Con el tifón" no cayeron "rascacielos, fueron chabolas", describió. Tema que le sirvió para echar la mirada atrás y recordar acontecimientos así de tristes que vivió hace muchos años en las Segadas y el trato que se daba a una serie de "olvidados en aquellas chabolas. Ahora sigue pasando lo mismo, los emigrantes siguen molestando".

También aprovechó para alabar la valentía del nuevo secretario de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, por denunciar el drama de la valla de Melilla, y del Papa: "El único gobernante que dijo que era una vergüenza lo de Lampedusa".

Aunque también tuvo un mensaje positivo para estos tiempos en que, entiende el padre Ángel, se ha desarrollado un cultura de la solidaridad. Por eso tituló su conferencia "Un mundo mejor es posible". Eso sí, dejó muy claro que la solidaridad no es dar lo que sobra sino compartir lo que se tiene. Y puso a Asturias como "lugar excepcional" de solidaridad, lo que aprovechó para acordarse de los dramas de las familias de los mineros que morían en el trabajo y cómo la gente se preocupaba de sus viudas e hijos.

Una vez denunciadas las miserias del mundo, a la vez que dio una luz de esperanza por el momento solidario que se vive ahora, el padre Ángel terminó homenajeando a los protagonistas del acto, los docentes, a los que agradeció que hayan sembrado la solidaridad entre sus alumnos".