La directora general de Atención a la Dependencia, Clara Costales, confirmó ayer que abandonaba su cargo en la Consejería de Bienestar Social por motivos personales que tienen que ver con un problema de salud largo tiempo arrastrado. Una distrofia en una de las rodillas, de la que ya ha sido intervenida en una ocasión, la obliga a un "cierto reposo", a su juicio incompatible con un cargo político que necesita dedicación laboral absoluta.

Clara Costales se va sin haber cumplido dos años en el cargo y "satisfecha con la gestión" pese a que "tanto en dependencia como en salario social sigue habiendo listas de espera". La ya exdirectora general confía en que la aplicación informática que permitirá agilizar la lista del salario social, que estará funcionando a finales de mes, reduzca los plazos de la tramitación. En la despedida, agradece a los dos jefes de servicio, de Dependencia y de Salario Social, así como al equipo de funcionarios, "el trabajo y el esfuerzo de todos estos meses".

Clara Costales es una histórica del socialismo asturiano, proveniente del fértil vivero gijonés de los años ochenta. Afiliada al PSOE desde 1984, fue directora de la Universidad Popular de Gijón desde 1982 a 1986, entre otros cargos. En 2007 fue elegida diputada regional, cargo que consiguió renovar cuatro años más tarde. Cuando en julio de 2012 la Consejería de Bienestar Social que preside Esther Díaz hizo públicos los nombramientos de Clara Costales (directora general de Atención a la Dependencia) y Jacinto Braña (director general de Políticas Sociales), pocos podían sospechar que el equipo iba a quedar desmadejado apenas año y medio más tarde.

Braña dimitió en el pasado mes de octubre "por razones personales y profesionales". Ninguno de los dos, ni Costales ni Braña, lo tuvo fácil en un departamento de los considerados duros y en una época de turbulencias, a menudo innecesarias, con muchos de los actores de Bienestar Social. Clara Costales negó ayer tajantemente que hubiera causas políticas en su decisión de dimitir, aunque es bien conocido que su relación con la Consejera Esther Díaz pasó por más de un altibajo en este más de año y medio de gestión.

Como responsable de todo lo relacionado con el salario social básico, se va apenas un mes después de ver aprobada en Consejo de Gobierno una partida de 45 millones de euros para ese servicio, del que dependen más de 11.000 familias. No será suficiente para responder a las necesidades, en plena crisis, porque el año pasado fueron necesarios 59 millones.