Enrique González Macho está entusiasmado con el éxito de "Ocho apellidos vascos", pero afirma que es "la excepción" en una industria del cine que se sigue peleando con la crisis. El presidente de la Academia de Cine española, que ayer estuvo en Oviedo como miembro del jurado del premio "Príncipe de Asturias" de las Artes, decidió volver a presentarse tras anunciar que abandonaba: "mucha gente me lo pidió". Antes de reunirse con sus compañeros para deliberar, repasó con LA NUEVA ESPAÑA la situación del cine español.
-En la gala de los "Goya" amagó con dejar la presidencia de la Academia.
-No fue un amago, fue en serio. Pero posteriormente, es cierto, hubo mucha gente que me ha pedido que siga. Y, bueno, lo decidí del viernes para el lunes, que era el último día de plazo para la inscripción. Pero conste que cuando dije en la gala que me iba, ya lo tenía previsto.
-Una gala sin ministro...
-Qué le vamos a hacer. Creo que se equivocó. Unos días antes estuvo en los premios "José María Forqué"; no tuvo una intervención muy afortunada. Yo creo que por eso no quiso venir. Se equivocó. El año anterior fue y no pasó nada: debió de ser el único sitio con más de diez personas adonde acudió Wert y no hubo la menor manifestación en contra.
-Hay un runrún que dice que las galas de los "Goya" son un foro de protestas.
-Que se proteste no debe asustar a los políticos. Eso forma parte de la vida. No me canso de decir que la Academia y los "Goya" no están politizados: son los políticos los que politizan la gala antes de que empiece. Antes de la gala ya están buscando las vueltas. Yo me pregunto qué política hubo en la gala. No se dice nada que no haya aparecido en el Telediario de esa noche. Eso no es politización, deberían estar orgullosos de que la gente participe en la política no que pase de todo. La gala no está politizada, lo están los partidos que nos quieren politizar.
-¿Una solución para la industria es hacer películas como "Ocho apellidos vascos"?
-No, forma parte de... estoy entusiasmado con que haya pasado lo que ha pasado, pero es una excepción, la excepción confirma la regla.
-O "Torrente"...
-Bueno... pero esto ha sido un tsunami. Yo estoy entusiasmado con los resultados. La película ha hecho mucho bien a este país. Primero, que nos riamos; que nos riamos de nosotros mismos, que ya está bien de mirarse el ombligo y de querer tener siempre razón. Además, es una película de un éxito brutal en los dos lugares donde más afecta: en el País Vaco y Andalucía. Es una cura de salud, que tampoco es la misión de una película; pero ha pasado.
-¿A estas películas antes se le llamaba "españoladas"?
-No es una españolada; es muy española, que es diferente. No se puede trasladar a Francia o a Alemania. Lo mismo que pasó con "Blancanieves"; es una película española que no se puede hacer en el extranjero. Con "Ocho apellidos vascos" pasa lo mismo. La ven en Finlandia y no entenderán nada. Entenderán la historia de amor, no otra cosa. No es una españolada, es muy española.
-¿Es caro ir el cine?
-Rotundamente, no. Ahora mismo el precio medio es de 5,40 euros. Cierto que en determinados momentos puede costar 8 o 9 euros, pero también es cierto que te pueden cobrar 3 o 4. Ahora se compara con la época de "Avatar", pues hace tres o cuatro años valía 7,50? Claro, como subió el IVA, la gente dice "que sube el cine", pero el cine no subió.
-¿La subida del precio con el IVA asustó al espectador de cine?
-Hace un daño brutal. Es un 21%. En una entrada el 25% se va entre IVA, Autores, AIG. De cada euro, 25 céntimos se van en los impuestos.
-¿Una solución para el cine sería bajar el IVA?
-Solución, no. La crisis del cine no viene por el IVA; sería demagógico decir eso. El IVA es, de los que hay, el factor más aparente, impactante y del que más se habla.
-¿Necesita el cine más protección estatal?
-El cine tiene ayudas en todos los sitios donde hay cine; o sea, en el mundo entero. No conozco país que no tenga ayudas. En España, que es uno de los países donde menos ayudas percibe, una vez más por una razón política, parece un sector subvencionado; y es mentira. Pero tenemos ese sambenito encima.
-¿Y las cuotas?
-No soy partidario, salvo en casos muy extremos.
-¿Ni cuotas para el cine europeo?
-Tampoco; soy partidario del libre comercio en el cine; pero, siendo algo cultural, hay que tener cuidado y ver si ese mercado existe o está cautivo. Hay que marcar las pautas con reglas de juego claras y garantías jurídicas.
-¿El "cine palomitero" es un duro rival?
-Para eso está el Estado, para que la diversidad auténtica exista. Pero soy enemigo de la intervención estatal.
-¿Surtió efectos la ley antipiratería?
-La "ley Sinde" no valía, como se ha demostrado, y la de Propiedad Intelectual no la conozco; pero me temo muy mucho que no va a haber grandes avances: es cuestión de educación, es como se hizo en las campañas de tráfico.
-¿Poner leyes a la red no es como poner puertas al campo, la tecnología va un paso por delante de las reglas jurídicas?
-Va por delante, pero podían ir al mismo tiempo. No han sabido poner coto; se ha desbordado, pero se pudo haber frenado.
