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El papel de los nuevos canales

Los "booktubers" tienden un puente entre los jóvenes y la lectura de libros con un estilo visual y desenfadado

Son jóvenes pero ya no son unos niños. Han dejado atrás la adolescencia durante la que aprendieron a convivir de forma natural y amistosa con las nuevas tecnologías. Y no se conforman con ser receptores, meros espectadores, sujeto pasivo: no dudan en ponerse ante una cámara en el plató de su casa y hablar. En su caso, de libros: se llaman "booktubers" y son una tribu especial dentro del inmenso paisaje del portal de vídeos Youtube. Aman la lectura y tienen decenas de miles de seguidores. Son la demostración palpable de que miente quien diga que los jóvenes no leen. Lo hacen y no le tienen miedo a meterse entre pecho y espalda los cientos de páginas de un Harry Potter o un Señor de los Anillos. El sector que mejor ha soportado la crisis es el del libro juvenil. Los "booktuber" se dirigen a gente de su edad y por eso al mundo "adulto" su estilo (desenfadado casi siempre, estridente a veces, creativo en muchos casos exprimiendo sus pocos medios) le resulta extraño, muy lejano. Pero las editoriales saben que una buena recomendación de un "booktuber" con pedigrí (es decir, de los que te puedas fiar, y no simples portavoces de la propaganda editorial) puede servir para salvar una edición o consolidar a un joven autor. De ahí que la mayor parte de los libros que aparecen en esos canales pertenezcan a géneros populares: literatura épico-fantástica, ciencia-ficción (sobre todo en su variante distópica) o romanticismo juvenil. Supongamos que un vídeo tiene 150.000 visitas (no exageramos, el asturiano Sebastián G. Mouret presume de cifras así) y que un diez por ciento de los visitantes se animan a comprar el libro. Hagan cuentas.

De los blogs literarios se pasó al canal de vídeo. Más fresco y condimentado al gusto del consumidor. Algunos no sólo recomiendan libros en español, también lo hacen en inglés. Porque lo han mamado. Algunos son precisos y presentan muy curradas puestas en escena. Otros hablan y hablan y pueden superar los 10 minutos. Hay quien sólo cuenta el argumento atiborrándose de "spoilers" y quien prefiere "fichar" a otros colegas para hablar de lo mismo. No hay una única fórmula porque cada "booktuber" es un mundo. Los más talentosos y creíbles (y fotogénicos) despuntan y los que no lo son se diluyen en el océano virtual.

Dos datos curiosos: todos los "booktubers" aparecen con libros de papel en la mano. De papel, repetimos. Y según la encuesta de hábitos culturales 2014-2015, los grupos de edad que más leen son los que tienen entre 15 y 19 años, y entre 20 y 24 años. A partir de los 54 tacos la lectura se viene abajo. Quizá ya va siendo hora de que haya más "booktubers" con canas para que la cosa remonte.

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