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El Bellas Artes se hace cubista

El museo asturiano albergará la extraordinaria colección de la Fundación Telefónica en la primera gran exposición temporal del otoño, que se abre el 30 de septiembre

"Retrato de Alberto Lasplaces", de Barradas.

La irrupción del cubismo en 1907, con Pablo Picasso y Georges Braque como padres del movimiento artístico, marcó un antes y un después en la Historia del Arte. Ya en los 80, la Fundación Telefónica comenzó a hacerse con varias obras de esta vanguardia. Pero no se centraron en sus fundadores, sino en una tercera figura: el artista Juan Gris. Asesorados por una comisión de expertos liderada por María Corral, con los años la Fundación conformó una de las colecciones más importantes de todo el mundo de este movimiento artístico. Desde el 30 de septiembre, y hasta el 8 de enero, 36 de estas obras -realizadas entre los años 1912 y 1927- podrán verse en el Museo Bellas Artes de Asturias, en Oviedo.

Será una última oportunidad de verlas en conjunto justo antes de que pasen a formar parte de los fondos del Museo Reina Sofía de Madrid. "La colección cubista es muy importante, muy valiosa. Lo que llega al Bellas Artes es el núcleo principal de la colección. Estarán todas las obras excepto tres que no van a ir por otros compromisos", explica Alfonso Palacio, director del Museo Bellas Artes de Oviedo.

La muestra del Bellas Artes tendrá tres núcleos. El primero está articulado entorno a Juan Gris, con 10 de sus obras expuestas. "Picasso y Braque crean este movimiento artístico en el año 1907. Años más tarde, Gris lo reformula, lo refunda y consigue darle una dimensión superior incluso a la que lograron llevarlo en su día los fundadores", afirma Palacio.

"Después hay otros dos núcleos muy definidos de la exposición", prosigue el director. Uno de ellos rodea el entorno del cubismo de la Escuela de París. "Son esos otros artistas que, ya muy influenciados por Juan Gris y residentes en París en la segunda y tercera década del siglo XX, se sumaron a las dinámicas del cubismo, haciendo ver que no sólo hay uno, sino que hay varios cubismos. Son artistas como Gleizes, Leger o María Blanchard, con su serie de bodegones.

El tercer núcleo es, en palabras de Palacio, "muy importante" para descomponer la exposición. Se trata de la expansión e influencia del cubismo en los procesos de renovación artística. "Hay una serie de obras pertenecientes a artistas españoles y latinoamericanos que van a poder verse en el Museo de Bellas Artes de Asturias y que hablan de la importancia que el movimiento tuvo en la irrupción de la modernidad, tanto en España como en Latinoamérica. Y sobre todo en Latinoamérica", matiza el director. Hay obras de artistas argentinos, como Pettoruti; uruguayos, como Torres García y Rafael Barradas; o chilenos, como Huidobro. "Una de las metas interesantes de la exposición es que veremos varios de los poemas pintados de Huidobro, que son composiciones literarias, poemas, pero con esa dimensión pictórica y creacionista", relata Palacio. Eran artistas que viajaban a París. Allí se empapaban de la vanguardia para después viajar al otro lado del Atlántico, llevándola consigo y difundiéndola con obras en sus respectivos países.

Las 36 obras estarán acompañadas de toda una serie de documentación y publicaciones de la época. También habrá un registro documental y bibliográfico del periodo y se proyectará un documental dedicado a Juan Gris.

El museo realizará además una serie de actividades complementarias para que el público pueda adentrarse plenamente en ella, como conferencias y visitas guiadas para niños y adultos, o talleres. La idea es que todo el que se acerque por el Museo de Bellas Artes de Asturias disfrute de esta vanguardia y de las obras, que viajarán después a Madrid para incorporarse al Museo Reina Sofía, justo cuando se celebra el gran año del "Guernica".

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