El Museo de Bellas Artes de Asturias cerró el año 2017 con récord de visitantes. Un total de 90.090 personas accedieron a la gran pinacoteca regional, una cifra con la que el museo supera en más de 500 visitantes las cifras de 2016 y completa un lustro de crecimiento ininterrumpido del volumen de usuarios.

Esta cifra supone que, por primera vez desde su apertura en 1980, el Bellas Artes ha superado los 90.000 visitantes en un año natural. Pero más relevante es comprobar cómo la pinacoteca ha logrado consolidar un volumen de usuarios que ha dado un salto notable desde la apertura, en 2015, de la Ampliación.

De hecho, en el seno de la institución remarcan que, a diferencia de los dos años anteriores, en 2017 no hubo un acicate para atraer público como pudo ser la propia Ampliación, en 2015, o la reapertura de los edificios históricos, en 2016. La explicación a esta consolidación del volumen de visitantes hay que buscarla en los fondos y la programación del museo, que mantiene una actividad continua pese a que sufre carencias de personal -especialmente agravadas tras duplicar su espacio expositivo con la Ampliación- y padece desde hace años una reducción de las aportaciones públicas que ha impedido a la institución, entre otras cosas, acudir al mercado para adquirir obra nueva.

El Bellas Artes no es el único museo asturiano que ha registrado un incremento de visitantes en 2017. A falta de la difusión de los datos completos -que se difunden tradicionalmente coincidiendo con la celebración del Día internacional de los museos, el 18 de mayo-, la Consejería de Cultura ha anticipado las cifras de los dos centros gestionados por la Sociedad de Promoción Turística y Cultural: el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), que creció un 8,1% hasta los 165.975 visitantes; y el Centro de Arte Rupestre "Tito Bustillo", que alcanzó los 43.293 usuarios tras aumentar las visitas un 2,95%. El MUJA ha sido, desde su apertura en 2004, el museo más visitado de la región, y ha recibido ya a más de dos millones de usuarios.