Su fútbol hace honor a un apellido que añade carácter a aquel centrocampista que, en juveniles, terminó convertido en delantero. Miguel Ángel Guerrero, el hombre que saltó a la batalla ante el Granada para firmar el empate, hizo coincidir la apoteosis en El Molinón por la épica remontada rojiblanca con uno de esos momentos que perduran para toda la vida. "Soñaba desde pequeñito con marcar en Primera División", reconoce el toledano, que estrenó así su cuenta particular en la máxima categoría y despejó los fantasmas tras siete jornadas sin ver puerta. "Necesitaba este gol para pasar una mala racha. Me viene bien moralmente, pero lo importante es que sirvió para que el equipo consiguiera un punto", subraya.

Guerrero nunca se rinde. El de Borox ha ido superando pruebas a medida que las expectativas a su alrededor iban creciendo. Cuando unos echaban de menos a los artilleros serbios, él respondió convirtiéndose en el máximo realizador de la plantilla, y cuando la vuelta a Primera y la llegada de Sanabria doblaron la apuesta, su aparición ante el Granada llegó para salvar un punto y recordar su trabajo. "Creo que me viene el doble mejor haber conseguido marcar ante nuestra gente, en El Molinón", apunta por aquello de recuperar cierto respaldo a su juego.

Guerrero asume que este inicio liguero podría haber sido mejor en lo personal. "El gol se ha hecho esperar, pero espero que sea el primero de muchos", sostiene. También reconoce que, pase lo que pase, siempre se ha sentido un tanto cuestionado. "Quizá un poco", señala. "Siempre estamos con el tema de los goles, por eso cuando llegan estos momentos todo sabe mejor. El último tramo del partido, era una tarea muy difícil. El equipo ha vuelto a demostrar el orgullo y el corazón que ya se vio la pasada campaña. Fui el autor del tercero, pero es el equipo el que tiene mérito", amplía.

La competencia en la delantera se renueva con la buena actuación del toledano. La lucha con Castro para asumir el papel dejado por el lesionado Sanabria, el atacante de referencia para Abelardo en este inicio de la competición, vive un nuevo capítulo. Una pugna meramente deportiva, porque ambos jugadores mantienen una gran amistad fuera de los terrenos de juego. Guerrero incluso le dedicó su primer tanto en la categoría, sabedor de que su compañero atraviesa un mal momento anímico por el fallecimiento de su abuelo. "Me agradeció el gesto, pero lo hice porque pasé por una situación similar hace unos años, en el Albacete, y sé lo duro que es", explica Miguel Ángel Guerrero.

Y tras conseguir hacer "un reset en la cabeza", como el propio futbolista explica la liberación mental tras haber marcado, el rojiblanco se centra en poder repetir este espíritu de lucha en San Mamés. "Afrontamos una de las salidas más difíciles de la temporada", comenta sobre el encuentro ante el Athletic. "El equipo ha vuelto a demostrar el orgullo y el corazón que ya se vio la pasada campaña", añade como seña de identidad a conservar.

El vestuario saborea el empate ante el Granada como si fuera una victoria, pero no olvida cómo los errores arbitrales han vuelto a frenar la posibilidad de tener, a estas alturas, algún punto más. En este caso, tras dos penaltis cometidos sobre Castro y Lora que se quedaron sin castigo. "El de Lora me pilló al lado, y lo vi claro", subraya Guerrero, que confía en que en el futuro no vuelvan a repetirse este tipo de situaciones. Los árbitros aciertan unas veces y otras no, espero que a medida que pase la temporada se compense", concluye.