La afición no falló al Sporting en su visita a Bilbao. Cerca de un millar de sportinguistas se dieron cita en San Mamés para arropar a los guajes de Abelardo. La previsión inicial terminó aumentada ante la llegada de muchos seguidores que realizaron el viaje por su cuenta y buscaron hacerse con su entrada el mismo día del partido. Dos horas antes de que se iniciara el encuentro, las largas colas en las taquillas dieron fe de los refuerzos de última hora que encontró la Mareona. El horario del partido, el primero que disputaba el Sporting en jornada de lunes, impidió que la presencia rojiblanca en las gradas fuera más numerosa.

Los más madrugadores partieron de Gijón a las 8.00 horas. Buena parte de ellos fueron los peñistas que viajaron en el primero de los dos turnos abiertos por los autocares fletados por la Federación de Peñas Sportinguistas. El sportinguismo se dejó notar en Bilbao desde primera hora de la mañana para retomar el contacto con una ciudad que llevaba tres años esperando el regreso de los gijoneses a Primera División. La presencia de los seguidores rojiblancos fue en aumento y pudo contemplarse en lugares tan singulares como el Museo Guggenheim, una de las zonas preferidas para muchos a la hora de inmortalizar su presencia en la capital vizcaína.

Las algo más de 700 personas que se habían hecho con su entrada entre las mil que envió el Athletic a Gijón encontraron, a medida que transcurría el día, los ecos de los que decidieron viajar a la aventura de hacerse con su localidad en el mismo Bilbao. La gran mayoría, tras completar su jornada laboral. Las taquillas del nuevo San Mamés empezaron a recibir las visitas de los nuevos refuerzos. Todos ellos tuvieron que hacer frente a los 50 euros que costaban las últimas entradas reservadas para el sportinguismo. No les salió mucho más barato a los más previsores, ya que el precio más asequible de las llegadas a Asturias era de 45 euros.

La peña Nunca Caminarás Solo fue una de las que contó con mayor número de representantes en las gradas de la otra Catedral. Este activo grupo de seguidores gijoneses incluso portó una gran pancarta identificativa para dejar su impronta en el campo bilbaíno y mostrar su incondicional apoyo a los futbolistas. Entre el medio centenar de peñistas que se dieron cita en Bilbao también se dejaron ver por la ciudad las peñas Manjarín y El Sueve, que aprovecharon al máximo la jornada. La Mareona se prepara ahora para un desplazamiento masivo durante la visita al Celta.