Nacho Cases fue titular ayer después de nueve ausencias. Unas por lesión, otra por sanción y varias por decisión técnica. El caso es que el centrocampista del barrio de La Arena, exalumno del Codema, no era titular desde el primer partido de la segunda vuelta, cuando el Sporting fue arrollado en el Santiago Bernabeú. En estos nueve encuentros sin el cerebro, el Sporting ha sumado nueve puntos de 27 posibles. Goleó a la Real Sociedad en El Molinón (5-1) y ganó en Mestalla al Valencia (0-1), además sumó empates ante Deportivo y Rayo Vallecano en El Molinón y ante el Betis en el Villamarín. El resto fueron derrotas. Cuatro consecutivas en las jornadas anteriores al encuentro de ayer.

Casi tan preocupante como los resultados, era la propuesta del equipo. Desde que goleó a la Real Sociedad, en la segunda jornada de la segunda vuelta, el Sporting ha ofrecido muy poco. Ni siquiera, en la victoria ante el Valencia, en la que Negredo falló ocasiones de todos los colores, mientras que el Sporting aprovechaba casi su único remate. El equipo tuvo mala con los arbitrajes, como sucedió en Granada, en un partido abocado al empate a cero, pero en el que los rojiblancos realizaron un único remate a puerta. Lo mismo que en el Villamarín, donde lograron un punto.

Al Sporting le faltaba fútbol, además de varios titulares. La baja de Bernardo, el hombre de confianza de Abelardo, lo condiciona todo. Ndi anda renqueante, Sanabria se perdió media liga y la rodilla de Nacho Cases ha servido de coartada para muchas suplencias. También ha habido decisiones comprometidas desde el banquillo. Abelardo ha prescindido de Cases y Halilovic en partidos trascendentes, o los ha situado en posiciones poco propicias.

En los peores momentos, todo el mundo se aferra a los símbolos. Nacho Cases fue titular ante el Atlético y al Sporting le mejoró de golpe la circulación. Hubo varios escenarios. Cases empezó como mediapunta, por delante de la pareja formada por Sergio y Mascarell. Ese paso adelante, condiciona notablemente el juego del gijonés que se obligado a recibir de espaldas.

Luego, fue Sergio quien adelantó su posición a la zona de mediapuntas, quedando Mascarell como pivote en solitario. La idea no cuajó. Cuando Abelardo retiró al canario y situó a Cases y Sergio en el centro del campo, se vio al mejor Nacho. Y, por lo tanto, al mejor Sporting. La pelota circuló con fluidez, hubo cambios de orientación precisos y todos parecieron mejores. Es, lo que se dice, un tipo con influencia.