Manuel Sánchez Murias, director de las categorías inferiores del Sporting, le seguía la pista desde hacía tiempo y este verano consiguió traerse a Gijón a Juan Rodríguez (Cedeira, La Coruña, 8-5-1995). El central gallego, que contaba con varias propuestas tras su campaña en el Somozas, en Segunda B, optó por bajar un peldaño y jugar en Tercera con el filial rojiblanco, a cambio de que no le perdieran de vista en el primer equipo. No tardó en llamar la atención de Abelardo. El Pitu se lo llevó a Portugal de pretemporada, le incluyó en la convocatoria para Riazor y le valora ahora como alternativa en Granada, partido para el que Meré es el único central específico disponible. Juan nunca estuvo tan cerca de cumplir su sueño.

-Babin lesionado y ve que a Amorebieta le muestran la quinta amarilla ¿A usted qué se le pasa por la cabeza en ese momento?

-Estaba viendo el partido en casa. Piensas que puede ser una oportunidad para entrar en la convocatoria. No está claro, así que hasta que no se produzca, a esperar y trabajar.

-¿Se ve jugando en Granada?

-Ojalá. Es para lo que estoy trabajando. Lo llevo con calma.

-¿Cuántas veces ha imaginado su primer partido en Primera?

-Muchas. Desde pequeño sueñas con jugar en Primera. Creo que a todos los que nos gusta el fútbol nos pasa. Ojalá pueda cumplir en Granada ese sueño de debutar.

-Puede hacerlo al lado de un jugador como Meré, dos años más joven que usted, aunque aparente ser un veterano.

-El caso de Meré es excepcional. Que un chaval de 19 años juegue en Primera, y de la manera que él lo hace, lo convierte en un referente para los que venimos del filial.

-Hizo la pretemporada con el primer equipo ¿Cómo fue esa toma de contacto?

- Abelardo me transmitió confianza desde el principio. "Juega tranquilo, como tú sabes, aquí no hay problema", me comentó. Es lo que intento hacer ahora, jugar tranquilo.

-¿Cómo se definiría deportivamente?

-No me gusta definirme, pero creo que soy un central con buena salida de balón, al que le gusta el ataque, y que en defensa intenta ser contundente. Poco más.

-¿Qué conocía del Sporting antes de llegar a Gijón?

-Había venido aquí a jugar un par de veces. La última, el año pasado, con el Somozas, ante el Sporting B. Les ganamos aquí y en nuestro campo. Fue una pena, porque ahora sufro las consecuencias (hace una pausa y sonríe. Si el filial hubiera ganado esos dos partidos, no habría descendido a Tercera). En mi casa, el equipo que más se siguió de siempre fue al Dépor, sobre todo mi abuelo.

-Y su primera convocatoria con el primer equipo fue, precisamente, para la visita a La Coruña.

-El club me avisó de viernes, porque Amorebieta había sufrido un golpe, y yo llamé rápidamente a mis padres. "Que voy pa allí, que me van a convocar", les dije. Fue una sorpresa muy agradable para ellos. A continuación ya fue el resto de la familia la que me llamó a mí. Fueron todos a ver el partido a Riazor.

-¿Esperaba que le llegaran tan pronto estas oportunidades?

-No tenía fijadas fechas, ni nada. Cuando vienes a un club como éste es para intentar convertirte en futbolistas profesional y trabajas cada día para conseguirlo.

-Usted jugaba en Segunda B con el Somozas y llegó para reforzar a un filial que tenía que jugar en Tercera.

-Vine porque creo que es una oportunidad muy buena en un club que siempre tiró de la cantera.

-¿Tuvo otras opciones?

-Sí, tuve bastantes. Tuve la fortuna de que me salió un año muy bueno en Segunda B, siendo un jugador joven y disputando además muchos minutos. Me salió algún filial más, ninguno gallego, pero la mejor opción para crecer era la de Mareo y aquí estamos.

-¿Cuál es su primer recuerdo futbolero?

-Con dos o tres años ya me decían mis padres que estaba por casa dando patadas al balón por el pasillo. Me encanta el fútbol. Veo todos los partidos que puedo. En mi familia todos son muy futboleros, sobre todo por parte de mi madre. Mi padrino jugaba muy bien, siendo cadete le llamó el Valladolid, el Racing de Ferrol, la selección gallega? Él nunca quiso salir de Cedeira. Sus hermanos, mis otros tíos, han jugado al fútbol-sala en División de Honor.

-¿Hay mucha afición en Cedeira?

-Sí, es un pueblo futbolero. Pertenezco a una generación que salió muy buena. Tengo amigos de mi pueblo en el Racing de Ferrol, como Juan Martínez, y en el Somozas, como Toni Rodríguez. Hay mucha gente joven.

-¿Siempre fue defensa central?

-Empecé de mediocentro, pero como era grande y tal (ahora mide 1,84 metros), me decían que si no encontraban a otro, me pondrían de central. Acepté, pero no muy contento al principio, la verdad.

-¿Cuándo empezó a jugar de central?

-Empecé a altenar entre el centro del campo y la defensa en alevines e infantiles. Cuando fiché por el Racing de Ferrol, en cadetes, ya me quedé como central. Y hasta ahora.

-¿Fue difícil cambiar el equipo del pueblo por el Racing de Ferrol?

-Fue bonito. Nos ficharon a tres o cuatro del equipo de Cedeira. Estaba con Luisito, que ahora entrena en el Pontevedra. Al año siguiente vino Stili (Antonio López), que es de mi pueblo, me conoce desde pequeñito y fue el que me dio la oportunidad, más tarde, de jugar en el primer equipo del Racing de Ferrol y también el que, la temporada pasada, me fichó para el Somozas. A él le debo mucho. En Ferrol, en la etapa de juveniles, también me entrenó Aira (exjugador del Sporting).

-¿En quién se fijaba cuando era pequeño?

-Zidane me encantaba. Esa elegancia me llamaba muchísimo la atención. Rodaldinho también era espectacular.

-Veo que usted no se inspira con los centrales.

-(Se ríe). Antes siempre me gustaba el ataque, mirar para adelante. Ahora trato de fijarme más en los defensas.