Tuvo mucha menos trascendencia que la salida del capellán rojiblanco del vestuario, pero el esperado encuentro entre el entrenador del Sporting, Rubi, y el cura Fernando Fueyo, se produjo en Mareo hace justo una semana. Ambos se citaron con la discreción por bandera y mantuvieron un encuentro ameno, que se prolongó por espacio de una hora larga. Los dos se entendieron, aunque no está claro si se convencieron, pero lo cierto es que las posturas están ahora mucho más claras y el resultado de la charla fue satisfactorio para ambas partes. Ayer se pudo ver un afectuoso saludo entre ellos en el homenaje a los socios de honor. Cura y entrenador comparten un objetivo común: la permanencia del Sporting.