En el fondo norte, una pancarta con el lema "Siempre Quini eterno". En el fondo sur se extendía la frase "272 razones para no olvidarte". En la tribuna este, una imagen con una silueta de Quini con su mítico remate de volea al Rayo Vallecano. Y en todo el estadio, un precioso mosaico con cartulinas rojas y blancas, mientras sonaba el himno del Sporting, que Quini volvió a cantar también desde el cielo como hace dos semanas ante la Cultural Leonesa. Porque ayer El Molinón volvió a ser de El Brujo. Igual que cuando jugaba, o cuando seguía como espectador o desde el banquillo o el palco los partidos, el estadio entero se rindió de nuevo en un inicio de partido muy emocionante a su figura.

"Ahora, ahora, ahora, Quini, ahora", sonó con fuerza, al tiempo que la lluvia iba perdiendo fuerza en los instantes previos del partido. Porque como en el anterior partido ante la Cultural, volvió a llover al inicio del encuentro, quizás de la emoción de Quini de ver a una afición entregada, o abrumado por tantas muestras de cariño, de una afición rojiblanca que le sigue añorando, igual que la de otros equipos de España, porque ayer la afición rayista también se sumó al grito de "ahora, Quini, ahora" en el minuto 9 del partido.

Su nombre reinó también por primera vez en la visera de la tribuna este, donde El Molinón, "el campo decano del fútbol español", ya lleva el apellido de Enrique Castro, Quini.

La lluvia no impidió que El Molinón registrase una gran entrada. Acudieron 21.705 espectadores, lejos del lleno, pero con prácticamente todas las entradas vendidas. El ambiente que rodeaba bien merecía hacer frente al agua y al frío, ya que llegada el líder a Gijón, y los rojiblancos además ahora por fin ilusionan. "Estamos muy bien, ahora se gana y se da una sensación de que el equipo cree en lo que hace", señala Alfonso Martínez, que acude al partido con su nieto Darío de ocho años. "La clave es que al equipo le dure la gasolina hasta el final, aún queda mucho, pero hay que ser optimista", señala a su lado Jorge Pérez, compañero de asiento en la Tribunona.