Oviedo, María ALONSO

El Servicio para la Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) sorprendió ayer a dos furtivos acompañados por un guarda del Principado en el parque natural de Somiedo. Los hechos se produjeron a primera hora de la tarde cuando los dos furtivos bajaban del monte después de haber cobrado una v pieza.

Los furtivos estaban guiados por uno de los guardas del parque natural de Somiedo. Al parecer para ese día y en esa zona existía un permiso, pero no para las personas que estaban participando en el rececho. Los miembros de la Guardia Civil se incautaron del arma y de la pieza cobrada, un rebeco.

La zona donde se produjeron los hechos forma parte del corazón del parque natural de Somiedo y está considerada de alto valor ecológico. Al parecer, la Guardia Civil dio el alto a los cazadores y al guarda en las cercanías de Caunedo cuando bajaban de la zona alta del pueblo donde se produjo el rececho.

Según fuentes cercanas al caso, en Asturias se están dando problemas con los permisos de caza. Algunas personas sacan los permisos a sabiendas de que no los van a utilizar y después se produce una especie de reventa. El Seprona investigará si los hechos ocurridos en Somiedo tienen algo que ver con este tipo de prácticas ilegales o si se produjo algún error de otro tipo. La posible venta de este tipo de permisos mueve mucho dinero.

La caza de piezas importantes está muy valorada. Así, en un coto de caza normal se pueden pagar tres mil euros por un rebeco y un buen trofeo en subasta puede llegar a los 6.000 euros. En el coto de los Ancares se han llegado a pagar hasta 16.000 euros.

El furtivismo -aunque mucho menor que hace algunos años- sigue siendo una práctica bastante habitual en los concejos del occidente de la región. La colocación de lazos es una realidad a pesar de las denuncias que de forma continua se producen. Anualmente se retiran de los montes de la comarca occidental más de un centenar de lazos de todo tipo que, aunque mayoritariamente están destinado para los jabalíes, en ocasiones causan daños en especies como el oso pardo.

Además de los lazos existe el problema del veneno. La fiscalía de Medio Ambiente está investigando la aparición de dos buitres leonados muertos en la mayor colonia de buitres de Asturias, la de Oceño, en Peñamellera Alta, que cuenta con 20 parejas al año. El veneno se está dejando notar en los montes asturianos. La lista es larga. En 2003 aparecieron buitres envenenados en el Cuera, alimoches muertos en Arbeyales (Somiedo) y Forcada (Arriondas) en 2004, un oso envenenado con estricnina en Somiedo en 2005 y por último el año pasado de cuatro buitres envenenados en Quirós, Somiedo y Allande. El Seprona en Asturias practicó el año pasado 4.100 intervenciones. En cuestiones de fauna silvestre hubo 175 expedientes relativos a caza mayor y dos que podrían ser objeto de un delito.