Venice (Louisiana),

Reuters/EP

La empresa BP estudia soluciones para frenar el vertido de crudo, tras el fracaso del intento de colocación de una campana gigante sobre uno de los puntos de fuga del pozo de petróleo. Esas soluciones alternativas van desde tratar de acabar directamente con la fuga con una cañería que trasladaría el crudo hasta un petrolero, hasta colocar una campana de menor tamaño.

El jefe de Operaciones de BP, Doug Suttles, afirmó a Reuters que en este momento están reuniendo información de cara a desarrollar sus dos principales hipótesis de trabajo. La primera es desarrollar otro mecanismo de contención, en la misma línea que el de la campana que fracasó debido a la acumulación en su interior de hidratos de metano, una sustancia viscosa y altamente inflamable. La diferencia estribaría que en esta ocasión se intentaría sellar la fuga con una campana de menor tamaño.

La otra posibilidad sería aspirar directamente el crudo derramado con una tubería que lo depositaría en un petrolero colocado en la superficie. Por otro lado, también está sobre la mesa la creación de un pozo auxiliar en que depositar el crudo que ahora se está derramando, pero que se demoraría unos tres meses.

Al menos 5.000 barriles diarios (unos 795.000 litros) han bañado las aguas del Golfo desde que el pozo petrolero explotó. Pero Ian MacDonald, un oceanógrafo de la Universidad Estatal de Florida, dijo que la estimación era demasiado conservadora y que el vertido podría ser cinco veces superior. Mientras se redoblan los preparativos ante la posible llegada del crudo a la costa de EE UU, BP ha calculado en 370 millones de dólares el coste de los trabajos que quedan por realizar.