El Hierro, Agencias /

P. GUERRA

El mar hierve en El Hierro, donde se incrementa la temperatura del agua en torno a los focos de la erupción. La diferencia entre los puntos donde el volcán no deja de expulsar lava, lo que está causando un constante borboteo del mar, y las zonas más alejadas puede acercarse a los diez grados, según los científicos.

Por otro lado, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) confirmó ayer un nuevo incremento de la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) en El Hierro. La tasa de emisión registrada alcanzó las 1.218 más/menos 46 toneladas diarias, el mayor valor observado desde el inicio de la reactivación. Esto supone 3,5 veces el promedio normal de emisiones.

A pesar de estos datos cada vez más amenazantes, ayer se vivió una jornada de tranquilidad en la isla canaria, y ello pese a los 39 temblores de tierra registrados a lo largo de la jornada, frente a los 36 de anteayer, sábado. Los hay que no se dejan impresionar. Hubo numerosos vecinos y turistas llegados a la isla ex profeso, aprovechando el domingo, para acercarse hasta la carretera de La Restinga con la esperanza de ver una explosión similar a las que se registraron el sábado, que llegaron a alcanzar los veinte metros de altura.

Después de dos días de constantes sobresaltos al norte y al sur de la isla, el volcán que hace un mes entró en erupción en los fondos marinos de La Restinga dio ayer un día de cierto respiro a los vecinos de El Hierro, aunque alguno se mostró molesto por las restricciones de tráfico. La conocida como Isla del Meridiano registró a lo largo de ayer, domingo, 39 temblores, tres de ellos con magnitudes entre 3,4 y 3,9 grados. Fueron sentidos por la población, pero su impacto en el ánimo de los herreños ha sido mucho menor que los sucesos ocurridos en las dos jornadas precedentes, en las que llegaron a realizarse hasta tres evacuaciones.

La primera de ellas tuvo lugar el viernes por la noche, en el Norte, en el municipio de Frontera, tras el mayor de los más de 11.000 terremotos que han sacudido El Hierro desde julio (4,4 grados e intensidad IV-V) y afectó a once familias de barrio de Las Puntas, cuyas viviendas están situadas en zona de riesgo de desprendimiento.

La segunda fue el sábado por la tarde y supuso el desalojo de otro medio centenar de personas en los barrios de Los Polvillos y Los Guzmines, también en Frontera y por el mismo motivo que en Las Puntas. Y la última obligó a sacar de La Restinga a las casi 300 personas que habían regresado al pueblo tras su anterior evacuación.

El desalojo de La Restinga se produjo después de que el foco eruptivo submarino que lleva días arrojando burbujas y trozos de lava humeantes a la superficie provocara dos espectaculares borbotones de apenas un minuto de duración.

Decenas de personas se congregaron ayer en las orillas de la carretera que conduce a La Restinga con la esperanza de ver de nuevo ese fenómeno, pero se tuvieron que contentar con presenciar el incesante burbujeo que se aprecia en el mar, en la cabecera de la mancha generada en el agua por la erupción submarina. Entre esos curiosos estaba José Antonio Padilla, un comerciante malagueño de 46 años, que acudió a El Hierro para presenciar el fenómeno en directo. «Un espectáculo así merece la pena. Esto no se ve todos los días», dijo el turista. Otro vecino aseguró que «vale la pena venir».