La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Ye alemán, ho

A quién no se le ha llenado la boca diciendo "ye que... ye alemán, ho"? ¿O quién no ha escuchado la socorrida muletilla de "la pieza hay que pedirla a Alemania", o no ha visto a Claudia Schiffer afirmar: "Un coche alemán averiado, imposible", o el anuncio de sofás cuyo reclamo es: "Lleva un mecanismo alemán"? No se trata aquí de desprestigiar todo producto germano. Me acusarían, con razón, de demagogo. ¡Merkel me libre! Sin embargo, no se puede ocultar que hay ciertos mitos que se resquebrajan. No digo que lleguen a romperse. Pero cuando nos encontramos con la noticia de que Volkswagen reconoce haber trucado once millones de vehículos para mentir sobre sus emisiones contaminantes, o que los medicamentos de talidomida que afectaron a miles de personas procedían de Alemania, o seguimos sin conocer la realidad de las cajas de ahorro alemanas cuando nos han metido la tijera hasta la tráquea, quizá sea el momento de comenzar a pensar que no somos tan malos.

Compartir el artículo

stats