Entramos en la recta final de la cita con las urnas del

20-D, así que ya está dado el pistoletazo de salida para que todos los inmersos en el tinglado puedan imbuirse de modo oficial en campaña.

Lo cierto es que ya llevan, aunque con el cantar de "pre", varios meses con los candidatos volcados en actos de todo tipo, incluidos sobreactuaciones fuera de lugar, rozando el ridículo en algunas de ellas, al objeto de arañar votos donde pinte.

Por tanto, llega ya la folixa habitual de los ofrecimientos trufados de promesas diversas, que todos sabemos en que se van a quedar: promesas engañabobos. Cansados y quemados estamos de que al final, todo resulte el conocido agua en una cesta.

Todos redoblan sus esfuerzos artilleros para disparar al adversario, tratando de sacar a la luz todas las tropelías que los de enfrente cometieron -aunque creo que están todos para callar- pero practicando la máxima de la paja en ojo ajeno, obviando la viga en el propio.

El conocido "y tú más", resulta un tanto cansino, siendo lo ideal que todos ellos se dedicasen a exponer sus programas, y como los desarrollarían si llegasen o siguieran en el poder, aunque ya estamos vacunados con lo de "al cocer todo mengua".

Llegan días de empapelar todo con los caretos retocados de los aspirantes, lemas de campaña, y cuñas con los mensajes al uso, amén de mítines para seguidores inquebrantables, que entiendo que de poco sirve para que se vote a determinado partido.

En este aspecto, afortunadamente, la sociedad española hace tiempo que cumplió la mayoría de edad por lo cual resulta difícil darle gato por liebre.

Se levanta el telón, con las dudas entre el público -léase votantes- de cual va a ser el final de la obra, pues los actores principales se duplicaron, y sea cual sea el resultado, todos se van a auto-adjudicar el "Goya", aunque los espectadores no lo veamos así.

Un par de semanas en las que nos van a tener "entretenidos" con la parafernalia habitual, pero crece el número de adeptos -me apunto- que mientras las listas no sean abiertas, lo que les pide el cuerpo es votar, pero con "b".