Que el rector de la Universidad de Oviedo diga que el campus de Mieres tendrá un "papel importante" en la implantación del grado de Deporte es algo así como salir a jugar contra Rafael Nadal y desear ganarle algún juego, si se puede algún set, pero de la victoria en el partido ni planteárselo. Utilizo el símil tenístico porque el jugador gijonés Pablo Carreño visitó ayer las instalaciones de Barredo y su Museo del Deporte. El Rector despachó la pregunta sobre la nueva titulación con una de esas jugadas rápidas de saque fuerte y volea al resto. Tres toques de raqueta: "Un papel importante". Pero no definitivo entonces, pues la respuesta es parcial en su satisfacción. También pidió sosiego en un proceso que no será inmediato. Y, claro, es en los partidos largos donde es más fácil desgastarse físicamente y perder la concentración en un asunto vital para el futuro del campus de Mieres, como un "match ball".
