Tras un comienzo irregular y difícil, después del atracón de merecidos elogios de la pasada temporada, y que acabó con final amargo, el Girona, a partir aproximadamente de la séptima jornada, se ha mantenido en una posición media-baja de la clasificación, siempre entre los puestos 14º. y 18º. Sin embargo, la gran igualdad que sigue habiendo en la categoría le permite aún soñar con alcanzar la zona de promoción de ascenso, de la que sólo le separan 6 puntos. Es su baza para mantener la motivación y la ilusión en una plantilla que, habiendo mantenido el bloque del año anterior, se ha visto reforzada con jugadores de gran nivel en el mercado de invierno, sobre todo en ataque.
Sus incorporaciones han sido Lekic (ex del Sporting) y Cristian Herrera (ex del Almería) en ataque, y el joven Pablo Maffeo (cedido por el Manchester City), de corte más defensivo.
Siguen siendo fieles a su estilo de juego, con un sistema 3-5-2, con una salida de balón desde atrás iniciada por la línea de tres centrales que ocupan todo el frente de ataque, y que tratan de enganchar con los hombres del centro del campo, que son los que dan velocidad y ritmo al equipo. En esta salida, si los centrales se ven presionados no asumen ningún riesgo y desplazan en largo si es necesario, porque además tienen arriba dos jugadores de gran poderío físico que se adaptan perfectamente al juego directo. Y, como una de las características típicas en esta forma de jugar, aparecen los carrileros de largo recorrido, con subidas constantes por las bandas. Son prácticos e intensos en su juego, argumentos que no han perdido, y también destacan por su verticalidad en el último tercio de campo. En defensa inician la presión muy arriba con sus dos delanteros, y ante la mínima posibilidad de robo, su centro del campo acompaña para asfixiar el inicio del rival. Cuando su primera línea de presión es superada, acumulan jugadores por dentro para evitar dejar espacios por donde les puedan hacer daño.
Si nos fijamos en sus estadísticas, podemos apreciar que sus goles a favor les sitúan en el lugar donde están en la clasificación, pero sus goles en contra son de equipo que lucha por el ascenso directo. Por tanto, vemos que su mayor problema reside en la falta de puntería, y eso que sus delanteros son de garantía, los destacados la temporada pasada, Mata y Sanchón, y los fichajes de Jairo, la perla del Espanyol, y el rápido Rubén Sobrino, llegado de la Ponferradina. A pesar de ese potencial ofensivo, han incorporado a los ya mencionados Lekic y Cristian Herrera. Visto así, podemos hablar de uno de los ataques más completos de la Liga Adelante.
Llevan cinco semanas consecutivas sin perder, con tres victorias y dos empates. Sin duda, la aportación ofensiva que han fichado les ha venido bien.
En la portería Becerra es el fijo todo el año. Su línea de tres en defensa sufrirá la sensible baja del francés Lejeune, que podrá ser suplida por Carles Mas o por el veterano Richy, que acaba de recibir el alta médica tras su lesión. El centro del campo será para Pere Pons, dinámico, siempre bien colocado y el equilibrio del equipo, junto a Alex Granell, de buen manejo de balón con una excelente zurda (¡ojo a la estrategia!). A éstos les está acompañando en las últimas jornadas Borja García, con muy buenos números en el Córdoba y Real Madrid B. Los carriles han cambiado de dueños respecto a los que jugaban en la primera vuelta y ahora son para Carlos Clerc por la izquierda y Aday por la derecha, ambos profundos y con gran despliegue físico. Y en ataque tienen un puñado de posibilidades entre las que su entrenador tendrá que elegir. Probablemente sean Mata junto a Herrera quienes inicien el partido.
