Mariano Moré Cors (Gijón, 1889-Oviedo, 1974), uno de los más grandes pintores asturianos del siglo XX, está de moda. Representado en el Parque Inglés de Gijón, busto en bronce que realizó en 1980 Jesús Moreta (Salamanca, 1952), profesor del Bachillerato de Artes en la Laboral, reavivó su recuerdo la apertura en el otoño del 2015 de la tienda Mango en la calle Corrida, n.º 28, locales del antiguo Banco Español de Crédito, que adorna su escalera imperial con cinco murales del pintor (1956), en tela encajada en los huecos del muro, representando las fuentes de riqueza de Asturias: pesca, ganadería, comercio general y de telas, agricultura e industria. (Por cierto, la empresa prometió restaurar estos murales, cosa que no ha hecho hasta la fecha. Y lo prometido es deuda). Este verano pudimos ver su obra "Niño de la Cuenca / y llegará a ser hombre" (1927) en el Museo de Bellas Artes de Asturias, procedente de la Fundación Alvargonzález, y dos de sus carteles sobre la primera época de la Feria de Muestras, expuestos en el Palacio Revillagigedo. Y ahora, la feliz iniciativa de esta muestra en el Museo Piñole, inaugurada el 30 de junio con la presentación del libro sobre el pintor que ha compuesto Juan Carlos Aparicio Vega, doctor en Historia del Arte, editado por la Fundación Alvargonzález, que sirve de primicia a la completa catalogación razonada de la obra del artista Mariano Moré por el mismo autor.
Estamos ante un verdadero álbum familiar, con ocho óleos y cuatro dibujos, obras que acompañaron a Mariano Moré en su domicilio madrileño y que proceden de la colección de sus herederos y del Banco Sabadell Herrero. La más representada es su mujer, Encarnación Muñiz García-Cañedo, a quien el pintor adoraba, igual que sentía gran cariño por sus hijos, Covadonga y Félix.
Vemos a Encarna, muy joven, dormida; a Encarna con su niña Covadonga en espléndida maternidad (1934). El tiempo va pasando y el espectador puede jugar a fisonomista, por ver si adivina quién es Encarna, tomada como modelo en cuadros como "Rapazas en la fuente" (hacia 1936) o "Rincón de la romería" (hacia 1941). En "Los hijos del patrón" (1942) utiliza como modelos sus sobrinos, los hijos de su hermano Wenceslao. La chica que sostiene el pez está representada en otro de los lienzos, que el visitante debe buscar.
Esperamos que no se apague el recuerdo de Mariano Moré, pues hay muchas obras suyas en Gijón. Una en el salón del Ayuntamiento; cuatro en la Fundación Alvargonzález; cinco óleos, dos retratos y 137 dibujos en el Museo Casa Natal de Jovellanos; dos en el Ateneo Jovellanos; dos en la iglesia de San José (sobre las puertas de la sacristía y la bajada a la cripta funeraria) y otras en el Museo del Pueblo de Asturias. Por su parte, la colección de la familia reúne 174 obras, en su mayoría óleos. Necesitan salir a la luz pública, por ser las menos conocidas, las obras que atesora el Colegio Santo Ángel de la Guarda, en el edificio del Palacio Valdés. Allí fue religiosa una hermana del pintor, sor Carmen Moré Cors. En 1954 regaló Mariano Moré a las Hermanas del Santo Ángel de la Guarda un retrato del fundador, el Padre Luis Ormières. Y en los años siguientes, de 1958 a 1966, decoró la capilla y otros lugares con obras de temática religiosa, como el Ángel de la Guarda, San José y el Niño, la comida en casa de Simón el fariseo, la multiplicación de panes y peces, la pesca milagrosa y la Asunción de María. El Padre Luis Ormières fue beatificado en la catedral de Oviedo el 22 de abril de 2017. Vivió en el colegio de Gijón de 1883 hasta su muerte en 1890. Aquí le llamaban "el santín". En Gijón fue también profesora durante muchos años la Hermana Celina Sánchez del Río, cuya milagrosa curación de un cáncer maxilofacial sirvió para llevar a los altares al Fundador. Sin embargo, no fue el retrato de Mariano Moré el que presidió en Oviedo la ceremonia de su beatificación, sino una pintura del burgalés Goyo Domínguez.
