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Crítica / Teatro

Una solvente versión de "La Muralla"

Como brillante colofón del IX Festival de Teatro Amateur "Ciudad de Oviedo" se representó en el Teatro Filarmónica de Oviedo, por el grupo Odisea Teatro, la obra de Joaquín Calvo Sotelo "La Muralla". Cuando fue estrenada, en 1954, obtuvo un clamoroso éxito de público y de crítica a nivel nacional e internacional.

Estamos ante una obra de tesis que narra el drama de conciencia de un antiguo militar del ejército franquista que se apropia fraudulentamente del patrimonio de uno de los vencidos en la Guerra civil y, tras el miedo a la muerte originado por una grave enfermedad, trata de devolver, por temor a la justicia divina, su patrimonio a su verdadero propietario. A ello se opone con uña y dientes su familia, que edifica en torno a él una simbólica muralla para impedirle llevar a cabo su decisión.

La trama desarrolla una "atrevida" crítica (en realidad meliflua y limitada) a la corrupción y la hipocresía religiosa, muy extendidas en el bando vencedor. Crítica que le causó al autor numerosos problemas con la censura y algunos sectores del régimen franquista.

La puesta en escena que se nos ha ofrecido en esta representación respeta, en general, la estructura del texto escrito de la obra, pero la directora y su ayudante de dirección -Arantxa Atutxa y Inma Montes-, con acierto, lo han acortado suprimiendo algunos pasajes retóricos para darle más ritmo y hacerlo así más asequible a los espectadores. Del mismo modo que han sabido resolver con maestría una de las mayores dificultades de la puesta en escena de esta obra: cómo disponer y dar movimiento en el único escenario en el que se desarrolla toda la trama, el salón de una casa burguesa de la época, con habilidad y simbolismo a los ocho personajes que constituyen el cuadro de actores.

Está bien logrado también, a mi modo de ver, el contraste que el autor ha querido establecer entre el tono relajado y humorístico que destilan algunos diálogos de los actos que desarrollan el planteamiento y el nudo de la obra y que protagonizan algunos personajes, caso del cura de Puebla de Trives, y el tono de alta tensión y melodramático que se alcanza en el desenlace cuando Jorge Hontanar, el protagonista, pretende tener una entrevista con Gervasio Quiroga, su víctima, para confesarle su intención. Y para impedírselo su familia se dispone en torno a él como una muralla y el protagonista fallece sin poder cumplir su propósito.

La interpretación del elenco de actores fue notable, llegando en algunos casos a excelente, comenzando por los dos protagonistas, Jorge Hontanar (Eusebio Tuya) y Matilde (Ana Cristina Tolivar), su suegra y la verdadera organizadora y manipuladora del complot familiar, y el resto de los actores: Beatriz Arrieta en el papel de esposa del protagonista; Charly Katz, en el del secretario; Génesis Abigail, en el de su hija; Jorge Melero, en el de su futuro consuegro; Tita Saavedra, en el de la criada, y Octavio, en el del cura rural. La iluminación y música fueron apropiadas para realzar la puesta en escena y el vestuario ajustado a la época en que se desarrolla la obra.

La recepción por parte del público que llenaba el teatro fue positiva, con aplausos en los cambios de acto y calurosa ovación al finalizar la obra. En conclusión, una solvente versión de "La Muralla" por la que, sin duda, hay que felicitar a Odisea Teatro.

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