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La mar de Oviedo

Por aquí meandro

Los proyectos de Oviedo, léase Naranco (el rey de las ensoñaciones), el furaco del viejo Huca, la fábrica de la Vega, la fábrica de gas, el lago de Santullano y, estos días, los meandros del Nora son nuestro cuento de la buena pipa. ¿Queréis que os cuente el cuento de la buena pipa? ¿Sí? Yo no digo sí, yo digo que si queréis que os cuente el cuento de la buena pipa. Pues bien, el río Nora, que ya viene rezongando desde el Rebollar, Rodiello y Gallegos, que hace circunloquios por Faberín, Requejo y Malpica, se disfraza de perifrástico entre Tahoces, Rañeces, Priañes, Cotayón, Boza y San Pedro, y se resiste a desembocar en el Nalón, el curso bajo del río Nora, digo, miniatura del Büyük Menderes, el Meandro por excelencia, río de Anatolia, es ahora el nuevo cuento de la buena pipa, uno más para la antología de los sueños de Carpanta, que se alimentaba de pollos virtuales.

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