"La parte del amor y sobretodo el desamor es lo que me hace escribir. Soy una persona especialmente romántica". Mayte Martín (Barcelona, 1965) describe claramente cuál es la fuente de su inspiración a la hora de componer. La cantaora catalana estará mañana por la noche en el teatro Jovellanos de Gijón, a partir de las 20.30 horas, para ofrecer un concierto de una hora y media de duración titulado "Tempo rubato".

Un concierto en el que estará acompañada a la guitarra de Pau Figueres, con Ximo Clemente al contrabajo, Arnau Figueres en la percusión, y el cuarteto de viento con los violonistas Dani Cubero y María Sanz, Bernat Bufarull con la viola y Amat Santacana violonchelo . "Se trata de mi obra más persona, en la que cuento mis vivencias", comenta.

Mayte Martín describe lo que se encontrará el público en una actuación elegante y de intensísima carga emocional: "Hay una mixtura de sonidos clásicos y de quinteto de cuerda clásica. Pero son canciones románticas, fáciles de absorber y con canciones de amor. Hay un percusionista y va todo con mucha sutileza. Es música intimista y romántica, es decir, música de cantautor".

El espectáculo de Gijón recibe el nombre de "Tempo rubato", en relación con el término que se utiliza en la música clásica que indica que un cantante o solista detiene el tiempo en pro de la emotividad de un pasaje o de la expresividad. "De alguna manera es un espectáculo que se ha ido gestando muy lentamente, porque es como un diario sonoro que se ha ido componiendo a lo largo de 22 ó 23 años, y a medida que he ido teniendo aventuras amorosas se ha sumado una página nueva al diario en forma de canción", explica la cantaora.

Su concierto en Gijón irá más allá del flamenco, un registro en el que se ha hecho especialmente fuerte y se ha convertido en una referencia pese a que sea un sonido típico del sur. "El espectáculo no es solo flamenco, pero da igual la zona del país, porque la música es una, y hay gente sensible capaz de apreciar la buena música y las cosas bien hechas existe en todas partes. La música es un lenguaje y nadie se niega a escuchar las maravillas de un alemán o un japonés porque no se pueda entender. Al final en la música pasa igual, lo importante es el mensaje y no el lenguaje", cuenta Mayte Martín.

Su estilo es más que reconocible, la cantaora catalán tiene su propio público y en su larga y dilatada trayectoria ha sabido adaptarse a la industria musical. "Al final un artista de verdad hace lo que hace porque lo necesita para vivir. A algunos les mueve la fama, y a otros el postureo, y después a otros artistas les espanta eso, y en mi caso nunca me he vendido, doblegado ni he hecho nada de eso, y eso me ha hecho enfrentarme a los intereses de la industria. Y eso me ha hecho tener un camino muy complicado", reconoce la artista, referencia del flamenco.