La actriz mexicana Salma Hayek y el multimillonario francés François-Henri Pinault se casaron el pasado sábado en París. La boda, oficiada en la intimidad por el teniente de alcalde de un lujoso barrio parisiense, se celebró seis meses después de que la pareja anunciara en Washington la ruptura de su compromiso.

En mayo de 2006 la actriz, productora, cantante y directora, Hayek, de 41 años, conoció en Venecia a Pinault, heredero de la fortuna del dueño del grupo de lujo PPR.

Once meses más tarde anunciaron su intención de casarse, aunque una crisis los llevó a una breve ruptura que suspendió sus planes matrimoniales.

En septiembre de 2007 la actriz mexicana dio a luz a la hija de ambos, Valentina Paloma, la primera de Hayek, pero la tercera de Pinault, padre de dos hijos de un anterior matrimonio que acabó en 2004.

De forma totalmente secreta, en París el día de San Valentín. Así se han casado. Se confirma así un matrimonio sobre el que mucho se había especulado y que estaba pendiente de confirmación desde mediados del año pasado.

Hayek fue nominada al «Oscar» en 2003 por su papel en «Frida», y Pinault es presidente del conglomerado empresarial que controla marcas como Gucci, Yves Saint Laurent o Balenciaga.

La pareja había anunciado su compromiso anteriormente, pero, sin que se sepa muy bien por qué, se rompió a mediados de 2008. Según el diario sensacionalista británico «The Sun», el motivo de dicha ruptura sería el embarazo de la ministra de Justicia francesa, Rachida Dati, cuyo artífice sería el propio Pinault. La pequeña Zohra, nacida el pasado 1 de enero, sería, de ser ciertas estas informaciones, hermanastra de Valentina Paloma.

Según el diario, varios amigos de la ministra habrían revelado que en sus reuniones más íntimas ella habla sin pudor del padre de su hija como Pinault. Todo parece de película.