Zamora, Judit CALVO

Tras un silencio y discreción de años, Isabel Sartorius, la ex novia del Príncipe Felipe, se lanza ahora a una aventura editorial con la que quiere ayudar a las personas codependientes a través de sus vivencias familiares. No es ajena a su vida, y así lo refleja a lo largo de las 320 páginas de «Por ti lo haría mil veces», la relación con el heredero a la Corona de España, su primer novio, su vida en Lima o el regreso a España y la muerte de su madre.

-¿Por qué una persona tan discreta habla de todos los entresijos de su pasado?

-En realidad, si te fijas bien, no es tanto mi vida sino solamente pasajes autobiográficos. La idea, en un primer momento, fue escribir sólo sobre la codependencia. Contar lo que yo había vivido, y como yo también soy muy anglosajona, porque he vivido diez años en el mundo anglosajón, allí, cuando la gente pasa por una determinada situación, si puede ayudar con su historia a que los demás se conciencien, lo hace. Entonces murió mi madre y yo ya había hablado con ella sobre escribir acerca de la codependencia. Me puse en contacto primero con editoriales pequeñas antes de dar con Planeta y me decían que escribir yo de la codependencia, solo, sin explicar mi circunstancia, no tenía sentido. Por eso tardé tanto, porque para estar preparada y abrirme ha tenido que pasar mucho tiempo.

-¿Ha supuesto una terapia contar todo lo que vivió en su infancia y juventud?

-Como aparece en el libro, yo la terapia ya la había hecho hace mucho tiempo, con lo cual el libro lo que ha hecho es acercar el problema a los demás, porque yo ya estaba preparada para escribirlo.

-¿Ha logrado el objetivo de que su libro sirva de ayuda a otras personas?

-A otra gente, muchísimo, he recibido muchas cartas. A dos meses de salir publicado el libro, he estado en firmas y se acercan muchas mujeres y todos los familiares de gente con cualquier tipo de adicción para darme las gracias, porque muchas veces los psiquiatras normalizan la situación y te dicen que es normal que tengas ansiedad cuando has perdido un familiar con alguna adicción. Pero este «virus», como yo lo llamo para explicarlo» es mucho más que ansiedad o malestar, es una condición emocional y psicológica que puede afectarte muy fuerte al cerebro.

-¿Cree que gracias a este libro ha aflorado Isabel Sartorius, la persona, para dejar atrás el personaje de novia del Príncipe?

-Pues no lo sé, yo creo que eso lo tienen que decir los de fuera, porque mi percepción de mí misma va a ser siempre la misma.

-¿La relación de su madre con las drogas la alejó a usted de ellas por completo o ha llegado probarlas para saber cómo se sentía ella?

-El problema de mi madre con las drogas, tanto a mí como a mis hermanos, nos alejó, le cogimos un rechazo enorme. Yo voy a hablar por mí, no por mis hermanos, porque ellos tienen su propia historia que contar, pero sí, nos ha alejado por completo.

-Usted, que habla de una Zarzuela ordenada, una vida de príncipes que no encajaba con su forma de vivir y ver el mundo, ¿piensa ahora lo mismo después de todo lo que ha pasado?

-No me va a creer, pero yo ya no pienso en eso. Hoy en día solo pienso en cómo ayudar a la gente que lo necesita, pero nada más, no pienso en el pasado.

-Lo suyo con el Príncipe lo calificó de flechazo y que siempre se sintió protegida a su lado. ¿Sigue considerándolo un amigo cercano?

-El Príncipe sí, sigue siendo un amigo muy cercano.

-¿Ha conseguido ser menos pasional, como le aconsejaba don Felipe durante su noviazgo?

-Sí, sobre todo con la edad lo he conseguido.

-De doña Letizia dice que siempre la anima. ¿La ha animado durante la redacción y presentación de este libro?

-No. En general sí, ella es así, transmite mucha fuerza y siempre me anima.

-¿Sabe si han leído el libro?

-No tengo ni idea, prefiero no preguntárselo.

-¿Aprendió algo de la relación con su madre que le sirva ahora para educar a su hija sin hacerla partícipe de sus altibajos?

-Sí, por su puesto. Yo creo que todos aprendemos de nuestras madres, no sólo yo, y luego lo aplicamos a la educación de nuestros hijos. Tendría que pensar detenidamente qué es exactamente lo que aplico que aprendí de mi madre, pero yo intento enseñarle disciplina y, al mismo tiempo, mucho orden, y quizá yo no tuve eso.

-Historias que usted ha desmentido, como esa supuesta conversación entre la mujer de su padre y la Reina sobre su embarazo, que podría ser del Príncipe. ¿Cómo lo vivió en aquel momento?

-A mí todo eso me llega por la prensa, pero no me afecta demasiado.

-¿Qué pilar supone para usted su familia?

-Lo es todo. Estamos todos muy unidos, la mujer de mi padre, mis primos? Ellos me ayudaron a seguir adelante con el libro y publicarlo, sobre todo mis hermanos Cecilia y Luis.

-¿Cómo vive la crisis una persona de la alta sociedad como usted? ¿le preocupa como al resto de ciudadanos?

-Sí, claro, nos afecta muchísimo y la vivo en gente muy cercana a mí, tengo muchos amigos sin trabajo, y leo los periódicos, es un horror... claro que lo vivo, y estoy superpreocupada.

-¿Considera que ahora está peor visto socialmente el consumo de drogas que cuando su madre empezó a consumir?

-Yo creo que asusta en general cuando hay drogas, porque mal visto estaba antes y está ahora. Además yo los trato como enfermos, no los juzgo duramente, son almas en vilo que, por lo que sea, no pueden vivir la vida en la realidad, y se evaden; pero juzgarlos no. Yo creo que nadie lo hace por otra cosa que no sea debilidad. En general, en casi todo el mundo que se droga veo más la debilidad que el vicio.

-¿Qué consejo le daría a un hijo que esté pasando por la misma situación que usted vivió con su madre?

-El consejo que le doy a todo el mundo con cualquier dolencia o con cualquier debilidad de éstas es pedir ayuda y, desde luego, fracasar y fracasar hasta triunfar... No pasa nada si recaes, lo importante es que lo sigas intentando, porque al final el que lucha y lucha termina consiguiéndolo.

-¿Cree que el problema va a más?

-Es una barbaridad, me entero más por los periódicos, no estoy ya relacionada con ese mundo, pero cuando lo leo me asusto un montón.

-Después de las relaciones fallidas de su madre, concretamente la última, que la arrojó al mundo de las drogas, ¿cree que el amor también es, en cierta medida, adictivo?

-Sí, claro, por supuesto, el amor es una adicción. Y como todas, tiene un componente adrenalínico fortísimo que puede llegar a suponer un enganche muy fuerte.