El transbordador espacial «Enterprise», acoplado a un avión Boeing 747, sobrevoló el cielo de Nueva York. Muchos neoyorquinos aguardaban con expectación su último vuelo hacia su destino final, el Museo Naval Intrepid, a bordo de un legendario portaaviones. El «Enterprise» sobrevoló lugares tan emblemáticos de la Gran Manzana como la «Estatua de la Libertad», el centro Lincoln o los famosos puentes de la ciudad, antes de aterrizar en el aeropuerto internacional John F. Kennedy, procedente del de Dulles (Virginia), al oeste de Washington.