Muchas de las personas que ayer presenciaron frente al Ayuntamiento de Valencia la «mascletà» portaban sobres alegóricos a la corrupción de la que la Comunidad Valenciana no sólo no se libra sino que tiene papel protagonista en el concierto nacional. Más allá de los sobres, fue una «mascletà» conflictiva, con 29 personas atendidas por los servicios de Cruz Roja, una de las cuales tuvo que ser evacuada a un centro hospitalario al romper aguas, según informó la organización médica. Embarazadas, abstenerse.

Valencia se prepara para que la sátira y el ingenio de sus casi 800 monumentos falleros grandes e infantiles inunden cada rincón de la ciudad a la espera de que las llamas devoren los casi ocho millones de euros que se han invertido este año, en la última noche de las Fallas, la «cremà» del 19 de marzo. Durante la semana grande valenciana, la crisis parece quedar a un lado.

El espíritu reivindicativo dio lugar ayer a una de las imágenes de las fiestas. Cinco mujeres vestidas con el traje tradicional de fallera, pero con la indumentaria ensangrentada y con banderillas en las espaldas, escenificaron ayer en la plaza del Ayuntamiento de Valencia una protesta contra las corridas de toros por considerar que son una crueldad contra las reses.

Las mujeres, pertenecientes al colectivo Anima Naturalis, formaron una «falla humana» delante del Consistorio, unas horas antes del inicio de la «mascletà» diaria que se dispara dentro del calendario de las fiestas de las fallas.

Con un cartel con la frase «Mis fallas las quiero sin tortura», las cinco falleras imitaban la composición de los catafalcos falleros y protestaban por la feria taurina.