David ORIHUELA

Pablo Moro y sus "Chicos listos" han encontrado "Una forma rara de ser tonto". Una conversación que no versaba sobre música sirvió para poner título al quinto disco del ovetense y su banda, que celebran 10 años juntos. Esa forma rara de ser tonto está precisamente ahí, en llevar diez años aguantando la impepinable crisis de la industria musical y seguir con la ilusión intacta para grabar de nuevo, en esta ocasión con la producción de Hendrik Röver, líder de "Los Deltonos". El disco sale hoy, viernes, a la venta y el domingo 13 las nuevas canciones sonarán en la plaza de la Catedral de Oviedo dentro del programa de fiestas de San Mateo.

-Diez años, uno detrás de otro.

-Sí, se cumplen diez años de la salida de "Emepetreses", un tiempo en el que hemos tocado por toda España y también en Argentina y Columbia. Llevamos diez años tocando, somos el mismo equipo que empezamos, y creemos que podemos seguir tocando unos cuantos años más.

-¿Está seguro de que pueden seguir unos cuantos años?

-Sí, sí. Al hacer el repaso de esos diez años te das cuenta de que la cosa no ha estado tan mal y encima hay personas que dicen que éste es nuestro mejor disco, así que sí, podemos seguir.

-Le veo más optimista que en otras ocasiones.

-Soy optimista por naturaleza, aunque es cierto que pasé una etapa complicada en la que no tenía tan claro el futuro profesional. Ahora la perspectiva del tiempo sirve para decir que quiero seguir haciendo música. Es la idea del disco, esa capacidad para tropezar mil veces y seguir levantándonos e insistiendo.

-Una forma como otra cualquiera de ser tonto.

-Yo siempre fui un poco tonto. En realidad ser tonto no tiene nada de raro. Lo que ocurre es que nosotros somos un poco tontos aunque no del todo, lo somos de una forma rara, porque queremos seguir en la música.

-¿Los pilares de este disco?

-La capacidad de sobreponernos y el amor. Aunque parezca lo contrario, no había hablado de amor en mis canciones. Ese gran tema que es el amor es el bastón en el que nos apoyamos para levantarnos y continuar.

-¿Amor a qué o a quién?

-Amor romántico, de pareja. Enamorarse también es una forma rara de ser tonto.

-¿Está nervioso ante la salida del disco y su concierto en la plaza de la Catedral?

-No mucho. Estoy muy contento con el disco que hicimos, otras veces tenía más tensión por la opinión del público, pero ahora estoy más tranquilo, no me preocupa demasiado, aunque claro que quiero que le guste a la gente.

-La primera vez que toque esas canciones en directo será en las fiestas de San Mateo.

-Afortunadamente es la tercera vez en la Catedral y la cuarta en San Mateo. En esa etapa que le comentaba antes se me habían quitado un poco las ganas de tocar, pero ahora tengo muchas. Además, el de la Catedral es mi escenario favorito de San Mateo, donde siempre he visto conciertos.

-¿Qué opina de la polémica resurgida en Oviedo con la música en directo?

-Pues por fin hemos conseguido ponernos de acuerdo y crear oficialmente la asociación de músicos de Oviedo, algo que parecía una quimera. El pistoletazo de salida tiene un objetivo muy claro, cambiar una ley que consideramos absurda. Un bar con licencia puede poner música grabada a 90 decibelios pero no puede programar música en directo a 90 decibelios. Es absurdo, y creo que conseguiremos que se cambie la ley. Yo no quiero vivir en un sitio que tenga leyes absurdas.

-Ha editado el disco a través de una campaña de microfinanciación en internet.

-Sí, participaron más de 300 personas y es una de las cosas que más nos satisfacen. La campaña me la tomaba como una pregunta a ver si la gente quería que siguiésemos o lo dejásemos. Así que salió bien y logramos hacer el disco que queríamos, con una edición muy cuidada y con unos dibujos magníficos de Toño Velasco; en realidad el disco es una obra de arte, si no te gusta la música puedes tirarlo y quedarte con los dibujos.