En Carabaña empezó todo de forma simbólica, y así parece haber acabado todo. Hace casi 20 años, en la Semana Santa de 1996, parte de la cúpula del PP se exhibió en un balcón del citado pueblo madrileño donde tiene una casa familiar el asturiano Rodrigo Rato. Hacía pocas semanas que los populares habían logrado un triunfo histórico en las elecciones generales y José María Aznar estaba a punto de convertirse en presidente del gobierno en sustitución del para algunos eterno Felipe González.

El pasado 9 de septiembre, en Carabaña no hubo fotos ni exhibiciones públicas. Ni tampoco dirigentes del PP, que sí está en el poder en España al igual que en 1996, pero que ahora no quiere que ni en pintura le relacionen con el exvicepresidente Rodrigo Rato, caído en desgracia por ser investigado por supuestos delitos fiscales, blanqueo de capitales y corrupción entre particulares.

El expresidente del FMI se casó hace poco más de una semana con su pareja en los últimos 15 años, la periodista Alicia González. Cuentan las crónicas que fue una boda de lo más íntima, con escasa presencia familiar, pocos amigos y ningún compañero de filas del PP, del que va a hacer un año que fue expulsado por el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid.

Simbólica es la ausencia de populares en Carabaña, como simbólica fue la aparición de Aznar en el pueblo aquella Semana Santa de 1996.

La imagen del balcón fue muy polémica, se comentó y analizó hasta la saciedad. En ella aparecían Aznar, Rato y la esposa del primero, Ana Botella. Por allí andaba también la entonces esposa de Rato, Ángeles "Gela" Alarcó, hoy presidenta de Paradores y, por lo visto, que algo mosqueada con la boda. En la foto se coló el entonces director de "El Mundo", Pedro J. Ramírez, quien ha relatado los pormenores de aquel encuentro en sus libros de memorias. Si se hace caso al periodista, la imagen del balcón fue producto de un capricho de críos, los hijos de las familias reunidas, que se empeñaron en quedarse en Carabaña y participar en la Pasión viviente que escenificaban en el pueblo. Ramírez pretende así desinflar las teorías que entonces circulaban del contubernio de un grupo de periodistas, él incluido, para aupar al PP al poder en España y que con dicha foto se habrían confirmado. Para la historia queda el balcón de Carabaña, donde Rato empezó a exhibir su poder. El mismo pueblo en el que se ha casado en soledad.