La actriz estadounidense Meryl Streep asumió ayer su función como presidenta del jurado de la 66.ª edición de la Berlinale como un "placer y un honor", a la vez que como defensora del cine comprometido. "Es un lujo, es un placer y un honor haber sido elegida para este trabajo", afirmó Streep, claramente el atractivo mediático número uno de ese jurado, del que asimismo forma parte su colega británico Clive Owen. "Yo tendré dos votos, mis compañeros tienen uno", bromeó. La Berlinale es un festival con vocación de presentar cine comprometido políticamente, como lo es la misma Streep, quien cumplió con esa definición al reiterar la importancia de la palabra "inclusión" a la hora de apostar, también desde el cine, por la defensa de los derechos humanos "en todos sus aspectos". Streep acaparó prácticamente todos los flashes de la primera conferencia de prensa de la Berlinale.