El príncipe Enrique de Inglaterra, de visita oficial en Nepal, se embadurnó de polvos de colores para celebrar la festividad hindú de Holi junto a estudiantes de uno de los colegios destruidos por el terremoto del pasado abril.

Las celebraciones arrancaron con cinco jóvenes solteras, símbolo de buena suerte según las creencias hindúes, impregnando al príncipe con polvos rojos.

A continuación, el hijo menor de Carlos de Inglaterra y la fallecida Diana de Gales tomó parte durante cerca de media hora en una guerra de colores con las chicas, otros estudiantes y profesores. Enrique se encontraba en el lugar para inspeccionar las labores de reconstrucción del Instituto Gaunda, uno de los cerca de 8.000 centros educativos que quedaron destruidos tras el seísmo del pasado año.