Cantautor de rumba-pop y flamenco, "El Arrebato" (en realidad, Javier Labandón Pérez) es sinónimo de éxito popular. Así lo avalan las ventas de sus discos y sus conciertos. Sevillano de 1969, hoy estará en el gijonés teatro de la Laboral (21,00 horas), con su último trabajo.
-Trae a Gijón "La música de tus tacones". La crítica ha dicho que es su trabajo más rockero...
-Bueno, es verdad que es el disco más versátil y donde mayor mezcolanza de música hago: el rock con la rumba y otros estilos.
-Hago cuentas y me sale que lleva más de tres décadas en los escenarios. ¿Cómo ha evolucionado su carrera artística?
-Bueno, a la par de como he ido evolucionando yo también como persona. Son líneas paralelas. He madurado y poco a poco he ido aprendiendo, creciendo. Lo que intento es ser muy sincero con mi manera de ver la música. Son años en los que he madurado musicalmente.
-En sus canciones se nota su deseo de transmitir la preocupación por los demás...
-Sí, pero yo no hago las canciones a propósito. Cojo la guitarra y me salen vivencias que tengo en la cabeza, en el corazón. Son vivencias mías o muy cercanas, de mi mundo cotidiano y del día a día.
-¿De dónde viene el nombre de "El Arrebato?
-Pues viene de mi abuela materna. Yo era un niño muy travieso, así que me decía que era como un arrebato.
-Ha cantando en varias ocasiones en Asturias. ¿Cómo se siente un sevillano tan enraizado como usted ante los públicos norteños?
-Ah, yo me siento maravillosamente bien. Tengo la suerte de haber ido muchas veces a Asturias y es una tierra que me encanta. Primero, por la gente, a la que noto muy cariñosa y abierta. Todos los que vivimos cerca del mar, aunque sea a unos kilómetros, tenemos una filosofía de la vida muy parecida. Y, luego, están esos paisajes preciosos. Es muy bonita. A mí me encanta y tengo muchos amigos, así que disfruto una barbaridad cada vez que voy.
-Otra curiosidad: ¿qué tiene la rumba para que no pase de moda?
-Es nuestro folk, como los americanos o los ingleses tienen el suyo. Nuestro folk es el flamenco, la rumba... Me refiero a que es la música popular, del pueblo. La gente suele sentirse identificada con las letras. Da alegría y buen rollo, que es lo que necesitamos.
-Han dicho de usted que es un artista que nunca pierde de vista lo que siente la calle, la pulsión familiar. ¿Es así?
-Es algo espontáneo. Soy así. Hay que ser sincero, un mismo; no hay más. Siempre digo que soy un padre que canta y no un cantante que tiene hijos. Así es como me siento seguro, feliz, realizado. Primero están mi familia y mis amigos. No puedo remediar ser de esta manera.
-¿Está harto de que le recuerden a cada rato que es el autor del himno del Sevilla?
-No, al contrario. Es algo de lo que me siento muy orgulloso y de lo que voy a presumir durante toda mi vida porque es algo importantísimo, ¿no? Ser el autor del himno del centenario del club de mis amores resulta, para un sevillista como yo, algo para presumir. Y creo que para que presuman también mis hijos y mis nietos, siempre.
-¿Es cierto que otros equipos le han propuesto hacer sus himnos?
-Sí, alguna cosa he tenido, pero no la he aceptado, claro, porque yo soy sevillista y lo seré siempre. No quiero hacer más himnos, porque con este me basta y me sobra.
-En Gijón hay una importante conexión bética. ¿Será un problema para el concierto?
-Hombre, creo que no. Anteayer (por el lunes) estuvimos en Málaga y el público me pidió que cantara el himno (del Sevilla). Así que Gijón, que está mucho más lejos... La gente va a los conciertos a divertirse, a escuchar a "El Arrebato". Y, en ese momento, son más aficionados a la música que al fútbol, lo mismo que cuando están en el estadio seguro que no se acuerdan de mis canciones.
