El Papa Francisco ha reconocido como mártires a siete religiosos muertos el 29 de septiembre de 1936, durante la Guerra Civil española. Se trata de siete misioneros del Sagrado Corazón de edades comprendidas entre los 20 y 28 años que fueron asesinados en Gerona. La declaración de martirio fue promulgada por la Congregación de la Causa de los Santos, a cuyo prefecto, cardenal Angelo Amato, recibió el Papa Francisco.