El público del Festival de Cap Roig (Gerona) se rindió desde los primeros acordes a un Alejandro Sanz que un año después de presentar en este mismo escenario los temas de su último disco, "Sirope", les ha deleitado con el espectáculo "Sirope vivo", en el que también ha repasado los grandes éxitos de su dilatada carrera.

Cuando pasaban pocos minutos de las diez de la noche, la voz más internacional del pop español inició su actuación con "El silencio de los cuervos", incluida en su último álbum, junto a los nueve músicos de su banda, cinco hombres y cuatro mujeres, todos ellos vestidos de negro.

Sanz dio muestras de sus tablas sobre el escenario y de su simpatía durante toda su actuación, dejándose piropear e incluso tocar las manos y besar por sus fans, una de las cuales le entregó un ramo de flores.

Durante dos horas de concierto y una veintena de temas, los más de 2.100 espectadores que abarrotaron el auditorio le siguieron de pie, aplaudiéndole y entonando cada una de las canciones.