Las firmas de ropa Speedo y Ralph Lauren anunciaron el fin de sus contratos con el nadador estadounidense Ryan Lochte por su polémico comportamiento al inventarse un asalto armado sufrido junto a tres compañeros durante los Juegos Olímpicos de Río 2016.

"Aunque hemos disfrutado de una relación de éxitos con Ryan durante más de una década y ha sido un importante miembro del equipo Speedo, no podemos condonar un comportamiento que va contra los valores que esta marca ha defendido desde hace mucho tiempo", afirmó Speedo USA en un comunicado.

Speedo agregó que donará una parte de los 50.000 dólares de los honorarios de Lochte a la ONG Save The Children.

El deportista emitió una nota en la que señalaba: "Respeto la decisión de Speedo y agradezco las oportunidades que nuestra alianza nos ha deparado durante años".

Por su parte, Ralph Lauren indicó que "el acuerdo con Ryan Lochte era específicamente para los Juegos Olímpicos de Río y la compañía no renovará su contrato". De acuerdo al portal de deportes ESPN, el nadador cuenta con unos patrocinios anuales de un millón de dólares.

Lochte, de 31 años y doce veces medallista olímpico, provocó una gran polémica al fingir un supuesto asalto a mano armada sufrido junto a tres compañeros durante los Juegos Olímpicos de Río 2016 para ocultar los destrozos ocasionados en una gasolinera de la ciudad cuando regresaba borracho de una fiesta junto a tres compañeros de equipo.

El nadador, de madre cubana y que obtuvo una medalla de oro en una prueba de relevo de natación de Río 2016, ha expresado en los últimos días su arrepentimiento por su comportamiento e irresponsabilidad.

Los cuatro nadadores involucrados en ese incidente han regresado ya a Estados Unidos, pero el proceso continuará en la Justicia de Brasil, ante la que pueden ser acusados de "falsa comunicación de crimen".

"Si no hubiera exagerado con la historia o la hubiese contado completa, esto no habría sucedido", declaró Lochte, que admitió que la noche del supuesto asalto "estaba ebrio" y regresaba de una fiesta junto a Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen. Lochte admitió su "total responsabilidad" y pidió disculpas "al dueño del puesto de gasolina, al pueblo de Brasil y a todos los que hicieron esos maravillosos Juegos". También se declaró "profundamente arrepentido" de lo que calificó de "inmadurez".