La solitaria labor de crear un álbum de cómic es un espacio íntimo para guionista y dibujante que se ve sistemáticamente alterado cuando creadores, editores y vendedores se aplican para configurar la página que determinará el recorrido comercial del álbum: la portada. "La portada tiene un sentido comercial. Es la parte visible del álbum y tiene que ser lo más atractiva posible", explica Valérie Constant, comisaria de la exposición "Cover Art" (Arte de la Portada), ubicada en el Museo del Cómic de Bruselas.