Dolph Lundgren, el musculoso contrincante de Sylvester Stallone en "Rocky IV", sigue siendo un tipo duro, pero también tiene una faceta cómica y simpática que el director Mike Méndez ha decidido potenciar en "Don't kill it", el filme que presentó ayer en el Festival de Cine de Sitges. Los que tienen encasillado a Lundgren como villano lacónico de películas de acción van a descubrir en este largometraje "un personaje diferente, hablador y chistoso", que el director del filme cree que les va a gustar. De todas maneras, los casi dos metros de estatura y más de cien kilos de músculos del actor sueco siguen condicionando sus personajes, y en esta ocasión interpreta a un cazador de demonios que necesita de toda su fuerza bruta para enfrentarse a unas voraces criaturas diabólicas.