Tal y como le sucedió a Renée Zellweger, que tuvo que ganar peso para encarnar a la taquillera Bridget Jones, Charlize Theron ha tenido que hacer lo mismo para su último proyecto cinematográfico, Tully.

"Sí, estoy muy gorda ahora mismo", dijo la actriz sudafricana a la prensa que cubrió la Gala amfAr Inspiration celebrada en Los Ángeles. Theron habría engordado unos 14 kilos para encarnar a una madre cuyo hermano contrata a una cuidadora después de dar a luz a su tercer hijo. Para la gala, optó por un vestido holgado de encaje negro y una chaqueta negra para disimular el aumento de peso.

La estrella de Hollywood acudió a esta edición para recibir el Premio "Inspiration" por su trabajo en la batalla contra esta enfermedad a través de sus proyectos en el continente africano.