"Kylu" es una cría macho de beluga que nació en el Oceanográfico de Valencia hace dos meses. A pesar de que los expertos hayan dejado claro que el ciclo lunar y los partos no están relacionados, su madre parió un día de superluna. Y su nacimiento supone un hito biológico por la complejidad que conlleva que nazca en cautividad y por la oportunidad de poder avanzar en el conocimiento científico sobre estos cetáceos.

La "pequeña" beluga, que se presentó ayer en sociedad, nació el pasado 15 de noviembre, a las 16 horas. Su madre, "Yulka", llevaba 502 días de embarazo. El animal tuvo 11 horas y 22 minutos de parto. Ella, junto a su padre, "Kairo", eran las únicas belugas en Europa hasta ahora.

"Kylu" nació con 74 kilogramos de peso y una medida de 160 centímetros. El mimo con el que la cuidan cerca de treinta profesionales durante las 24 horas del día ha supuesto que haya ganado en estos meses la mitad de su peso, hasta llegar a los 109 kilos. Ha crecido 30 centímetros.

El padre permanece separado temporalmente de la madre y la cría. Para ellas es primordial un entorno tranquilo, aunque su integración será progresiva.

A "Kylu", que debe su nombre a las iniciales de sus padres, "Kairo" y "Yulka", y "lu2"en referencia a la superluna que hubo el día de su nacimiento, la alimentan cada dos horas con una papilla a base de leche especial para mamíferos marinos. Esta semana comenzará la transición hacia el pescado sólido.

En lugar del biberón convencional, que no consigue succionar porque se agota, los trabajadores del Oceanográfico han diseñado un sistema para suministrarle la papilla, compuesta por pescado triturado, aceite de pescado, nata y complejos vitamínicos. Consiste en una sonda conectada a una jeringa de alimentación, adherida con un guante de látex a uno de los dedos de uno de los entrenadores. La cría succiona al tiempo que el entrenador va liberando la fórmula y la cantidad que ingiere en cada alimentación ha ido aumentando de forma progresiva. Actualmente es de 550 mililitros por toma, con lo que gana alrededor de un kilo al día.

"Es una oportunidad histórica para estudiar las amenazas producidas por el hombre y lograr la forma de mitigarlas", señaló Celia Calabuig, presidenta de Avanqua -empresa gestora del Oceanográfico-, quien, junto a los científicos del acuario, presentó a la segunda cría de beluga nacida en este centro valenciano. La primera, que vino al mundo en 2006, murió al poco de nacer.

También Nico Issenjou, responsable de la zona del Ártico del parque, aseguró que se trata de un "evento sin precedentes en Europa" y un "hito" por la complejidad de la reproducción de esta especie en cautividad. "Todo" el Oceanográfico se ha "volcado con el cachorro", señaló Issenjou, quien ha confesado que ha sido una "intensa aventura humana y animal de 500 noches". El jefe de veterinarios, Daniel García, destacó que la beluga está, en algunas áreas, en peligro de extinción. Tanto el embarazo como el parto y el crecimiento diario de la cría proporcionan una "oportunidad única" de conocer más sobre la vida, fisiología y el comportamiento de estos cetáceos.

Durante el proceso, se ha investigado el registro acústico de vocalizaciones y comportamiento de la madre, de la cría y la comunicación entre ambas. "Son embajadores" de lo que está ocurriendo en sus hábitats naturales, dijo García.