Paula Echevarría y David Bustamante coincidieron ayer bajo el mismo techo conyugal en el municipio madrileño de Villanueva de la Cañada, al que llegó el cantante hacia las 17.00 horas al volante de un Land Rover negro y "escoltado" por varios coches de paparazzi ansiosos por conseguir la foto más buscada del día. "No iba solo. Parecía que venía de recoger a su hija del colegio", contó un testigo presencial a "La Otra Crónica". La actriz asturiana entró en el domicilio "unos veinte minutos" en su Smart blanco. Ayer, Echevarría subió a su cuenta de Instagram fotografías de estilismos y un mensaje: "Sé un guardián de la magia del día a día". Diversos medios aseguraban que el entorno de la pareja no se sorprendió por la noticia, ya que la crisis venía de antiguo y sólo el deseo común de no alterar la vida de su hija Daniella, de 8 años, lo retrasó. Según diversas informaciones, a ella le disgustaban algunas compañías del cantante, a lo que habría que añadir las largas ausencias de Bustamante en giras y los prolongados rodajes de ella.

No se esperan guerras legales. La pareja se casó hace 10 años en régimen de separación de bienes, con sociedades e inversiones separadas. El portal "Vanitatis" afirma que hace tres años firmaron ante notario una escritura de capitulaciones en la que pactaron su separación. Lo más probable es que la niña viva con su madre sin restricciones para que la visite el padre, el más "tocado" por la separación. La actriz, que tiene a sus padres con ella para arroparla, tiene programado para hoy un acto para presentar su fragancia, aunque será difícil que hable sobre el asunto. Se da por hecho que la pareja prepara un comunicado conjunto.