Una nueva entrega de James Bond llegará a las pantallas de cine el 8 de noviembre de 2019. Aunque no han confirmado si el actor Daniel Craig volverá a interpretar al agente al servicio de su majestad, la prensa de EE UU asegura que así será.

El guión estará a cargo de Neal Purvis y Robert Wade, que ya trabajaron en los últimos seis filmes de Bond.

Craig, de 49 años, se ha puesto en la piel del espía "con licencia para matar" en cuatro películas, Casino Royale (2006), Quantum of Solace (2008), Skyfall (2012) y Spectre (2015). Ante las reticencias mostradas por el actor para volver a encarnar al agente secreto tras el agotador rodaje de la última película surgieron muchos rumores sobre su posible sustituto. El personaje de James Bond ha sido interpretado, entre otros, por Sean Connery, Roger Moore y Pierce Brosnan.

Unos irónicos "Maestros Cantores de Nüremberg", obra de Barrie Kosky, abrieron el Festival Richard Wagner de Bayreuth, la cumbre anual de los wagnerianos de todo el mundo, encabezados por la canciller Angela Merkel.

Kosky, el primer judío en esta difícil plaza al frente de la que fue la obra preferida de Adolf Hitler, se metió al exigente público en el bolsillo desde el primer acto con una versión de la popular ópera envuelta en fetiches wagnerianos.

A los "Cantores" los traslada el director australiano a la biblioteca de Richard Wagner, con el compositor convertido en vigilante de las esencias cristianas y germanas, entre cuadros de la caprichosa Cosima y su mecenas, el rey Luis II de Baviera.

Kosky, desde 2012 director general de la Ópera Cómica de Berlín, demostró saber cómo moverse entre mitos adorados y temidos por los alemanes y divertirse con ellos sin destruirlos, hasta darles una vuelta de tuerca.

La alfombra roja, empapada tras varios diluvios seguidos, recibió así a Merkel, habitual del festival como su esposo, el catedrático Joachim Sauer, y a ilustres invitados, como los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia.

Bayreuth es cita imprescindible tanto para la clase política alemana -y sobre todo para la plana mayor de Baviera-, como para wagnerianos de todo el planeta, concentrados de nuevo en el teatro que fundó Richard Wagner en 1876.

Los "Cantores" de Kosky es el único estreno de la temporada y fue la ocasión para revitalizar una obra muy terrena, pero profusamente instrumentalizada durante el nazismo.

Fue la ópera preferida por Adolf Hitler, a cuyos pies pusieron el festival los herederos del compositor.