Tom Petty suena siempre a genuino; genuino por su voluntad rockera, por viajar en un prototipo de autenticidad del rock americano; al fin y al cabo el rock con mayúsculas. Parece que siempre ocupó un segundo plano, pero siempre estuvo en la primera línea, en el primer gran escalón de la escena, haciendo grandes canciones y al lado de los más grandes.

Lo de Petty, fallecido anteayer a los 66 años, es una cuestión de ritmos originales, de mensajes "rebeldes", de sonidos; cuestión de despertar emociones en el personal, emociones que sus canciones regalan en cada escucha.

Cada cual con las suyas, unos nunca dejarán de escuchar a "Tom Petty and the Heartbreakers" con "American Girl", todo un himno nacido al final de los setenta que mantiene su vigencia sin inmutarse una nota.

Otros se apuntarán a otras como "Refugee" o los golpes de armónica de "You don't know how it feels". Hay otros símbolos, como "Mary Jane's last dance", que tuvo un arreón nuevo en el disco recopilatorio de 1993.

Tiene otro de esos referentes agudos, rápidos, que enganchan de inmediato, como lo es "Runnin' down a dream" y pelotazos (dicho en el mejor sentido) como "Learning to fly" o "Free Fallin", pieza que puso la cosa sensiblera en películas y que tuvo mucho vuelto en directo.

Y muchos también sentirán erizarse el vello al escuchar "Stop draggin my heart around", en cualquiera de sus formas, aunque marca especialmente la original con Stevie Nicks, que la lanzó como single en su álbum debut "Bella Donna" al margen de "Fleetwood Mac". Pieza coescrita por Petty y Mike Campbell, que en los conciertos de Petty (en los que aparecía muy a menudo Stevie Nicks), la canción adquiría otra dimensión.

Lo cierto es que con Tom Petty se va un maravilloso mundo del rock, pero de ese rock que nunca cansa, que sigue vivo en viajes, fiestas, conciertos o reuniones familiares.

Petty se preocupó muy mucho de que Bob Dylan no se apagará antes de tiempo con su insistencia para que volviera a los escenarios. Y el maestro volvió con aquello que dio en llamar la gira interminable. En un comunicado remitido a la revista "Rolling Stone", recogido por la agencia "Efe", Bob Dylan, que contó con él y con "The Heartbreakers" en los años ochenta como banda de apoyo en la gira "True Confessions", mostró su tristeza por el fallecimiento de su amigo: "Es una noticia estremecedora y demoledora. "Fue un gran artista, lleno de luz, un amigo, y nunca le olvidaré", aseguró Dylan.

Y, claro, Tom Petty, además de sus colaboraciones individuales (como la citada la citada de Nicks, estaba también con Dylan en el último "supergrupo" fabricado en las escena del rock, "Traveling Wilburys".

Viendo el cartel de "Traveling Wilburys" la reunión es superlativa y apoteósica, con George Harrison, Roy Orbison, Bob Dylan, Jeff Lynne ("ELO") y Tom Petty. Hicieron dos discos con aroma a Tom Petty y sabor americano, claro. Dos joyas instaladas en la historia de la música y un grupo que hubiera sido perfecto para una gira mundial (y así poder ver por estos lares a Petty) y provocar un temblor de piernas de emoción.

Petty había dado conciertos últimamente en el Hollywood Bowl de Los Ángeles, dentro de la gira del 40.º aniversario de su carrera musical; una carrera musical de largo trazo, muy sólida y con grandes momentos en directo. Había dicho en una entrevista con la revista "Rolling Stone" que quizá fuera la última, aunque la razón era otra mucho más feliz: estar más tiempo con su familia.