"Mag Marín" en realidad se llama José Marín Tello (Granollers, Barcelona, 1989), pero así no hay manera de crear ilusión, que es a lo que se dedica desde hace años y lo hace tan bien como para haber sido reconocido con el premio Nacional de Magia. El miércoles que viene (18.00 horas) presenta en el teatro Palacio Valdés, en Avilés, el espectáculo "Artimañas". Conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

- ¿Ser Premio Nacional es lo más?

-Mola bastante. Todos los años se celebra un congreso de magia, que es algo que suena muy raro, pero no es más que una competición. Premian al más original. En 2014 fui el mejor mago de España.

- ¿Son ustedes los magos fáciles de engañar?

-Supongo que no. Es más fácil sorprender a un espectador medio. La magia trata de eso: de sorprender creando la ficción de que lo imposible es posible. Pero es algo más: es humor, es poesía... lo que hay que lograr es que el espectáculo tenga calidez.

- ¿Quiénes son los mejores espectadores?

-Los que se dejan llevar y se dejan engañar. Los que van a ver si pillan al mago no disfrutan y me sabe mal por ellos.

- ¿Cuál de las especialidades mágicas prefiere?

-Lo que me gustan son las grandes ilusiones.

- ¿Lo de cortar en pedazos a alguien?

-Eso. Y también hacer desaparecer a gente. Y que todo produzca risas, números en los que sean fundamentales las participaciones de los espectadores.

- Está cambiando la percepción de la magia, ¿no?

-En los años ochenta estaba Juan Tamariz, pero después vinieron los magos con lentejuelas, pero eso cambió con el Mago Pop, con la televisión. Ahora los magos volvemos a estar en el candelero. Estoy convencido de que pronto volveremos a la época dorada de la magia.

- ¿El cine ayuda a la magia?

-Todo lo que hable de la magia, ayuda a la magia. Las últimas películas de magos no están mal.

- ¿Hay que hacer magia para encontrar gobierno en Cataluña?

-(Risas). Soy una persona que tiene mucho en la cabeza, como para tener también la política.