Era la favorita y volvió a ganar. Amaia Romero, de 19 años, se proclamó vencedora de "Operación triunfo" sólo una semana después de ser elegida para representar a España en Eurovisión junto a Alfred. La joven navarra volvió a recibir el apoyo del público por delante de Aitana y Miriam con un 46% de los votos. "Gracias de verdad, no sé qué decir, sólo puedo dar las gracias", acertó a señalar, emocionada, en una gala final que fue de más a menos, deslucida por los problemas técnicos.

La cita empezó con la actuación de los cinco finalistas acompañados por Raphael con "Mi gran noche" como himno de arranque. El cantante, entregado a la causa (su hijo Manuel Martos es miembro del jurado), no dudó en acabar la actuación levantando brazo para emular el gesto más característico de los concursantes del programa. En una noche de nervios evidentes, Amaia destacó por su serenidad y fuerza versionando al piano el tema "Miedo" de "M Clan". Tras la actuación en solitario de los cinco finalistas, llegó el momento de anunciar que Ana Guerra era la quinta clasificada, y Alfred, el cuarto.

Tras la actuación de Pablo Alborán empezaba una segunda ronda. Aitana, Amaia y Miriam volvieron a interpretar los temas que habían cantado en la gala de presentación, antes de reunirse con sus compañeros para escuchar el veredicto del público. El presentador Roberto Leal y Rosa López, ganadora de la primera edición, fueron los encargados de abrir el sobre que convertía a Amaia en la ganadora del concurso y que contenía un cheque de 100.000 euros. Aitana estuvo muy cerca disputarle la victoria.

Los problemas técnicos casi arruinan el final. Los micrófonos empezaron a fallar y Leal no tuvo más remedio que pedir disculpas por "las cosas del directo". David Bisbal, tercer y último invitado, no pudo salir a actuar y tuvo que conformarse con cantar a capela un poco de su canción "Mi princesa" ante la insistencia del público. Algo parecido ocurrió con "Camina". La canción compuesta por los 16 concursantes se pospuso por los fallos y terminó siendo el broche final con una actuación improvisada.

Lo que comenzó siendo un programa con la nostalgia como único reclamo ha acabado por conquistar a millones de espectadores.

El lunes, casi 4 millones de espectadores vieron la final, un 30% de share. Las crecientes e inalcanzables cifras de audiencia son una muestra del éxito del programa, pero no la única. Las interacciones en las redes sociales, los visionados en Youtube y los números de descargas digitales de sus canciones son otra buena muestra de ello. El martes que viene, TVE ya ha organizado una nueva gala en la que revivirá los mejores momentos del programa para que la fiesta no termine aquí.