Si en Carnaval la locura anda suelta, qué mejor oportunidad para que los pacientes de un hospital psiquiátrico de Río de Janeiro formen su propio "bloco", con sambas de su propio cuño, para festejar al "Rey Momo", uno de los personajes centrales de la fiesta en la ciudad carioca.

Un desfile de unas 1.500 personas -con los pacientes disfrazados de arlequines, tigres o piratas, y acompañados por médicos, enfermeros, familiares y vecinos- el jueves las calles del popular barrio fluminense de Engenho de Dentro, a menos de dos kilómetros del Estadio Olímpico. En ese enclave se encuentra el Instituto Municipal Nise da Silveira, del que proceden los pacientes. Un taller de arteterapia del instituto formó en 2001 un "bloco", esos desfiles que son la marca del Carnaval callejero de Río de Janeiro, y sus miembros eligieron un nombre emblemático: "Locura suburbana".

"La idea era rescatar el Carnaval suburbano, que estaba moribundo, porque todos los blocos se marchaban hacia la zona sur", la más rica y turística de Río, explica la psicóloga Ariadne de Moura Mendes, coordinadora del grupo "¡Acá me siento libre!" Como cada año, los participantes, ya disfrazados, algunos con zancos y otros con grandes banderolas de colores vivos, se dan cita en el patio del Instituto.

André Poesia es uno de los cantantes del grupo y calienta su voz. "El Carnaval es parte de mi vida, me gusta mucho la samba. Nuestro bloco muestra que no hay que tener prejuicios. El loco también es capaz de ser feliz, de divertirse", afirma Poesia, de 42 años y diagnosticado de esquizofrenia.

Un singular desfile que sirvió de aperitivo al gran Carnaval carioca, que arrancó ayer y al que se espera que acudan, a lo largo de la fiesta, un millón y medio de turistas de todo el mundo, 400.000 más que el año pasado.