Cajastur, siempre presente en la vida de los concejos de Asturias apoyando iniciativas en el terreno cultural y social o deportivo, no podía ser una excepción en Illas, donde la entidad bancaria siempre ha estado presente de manera especialmente intensa. Cajastur ha colaborado en la zona en actividades e iniciativas que redundan en beneficio de todos los habitantes del municipio y de la comarca de Avilés, en la que se enmarca.

Arte y naturaleza de alma rural en Illas

Entre las actividades llevadas a cabo destaca el desarrollo de un campo de trabajo en la Iglesia de San Jorge de Sargos y la celebración de una misa celta en la Iglesia de Illas.

Entre julio y agosto de 2010 y fruto de la colaboración del Ayuntamiento de Illas y La Consejería de Cultura del Gobierno del Principado, un campo de trabajo de Arqueología permitió realizar una única campaña de excavación arqueológica en la iglesia de San Jorge de Sargos.

Un trabajo previo multidisciplinar permitió además documentar el origen bajomedieval de la iglesia, la amortización de la misma a finales del siglo XVIII, y la recuperación del término de Sargos, desaparecido hoy en día.

Los muros de la vieja iglesia de La Peral resisten al paso de los años y del olvido. El Ayuntamiento quiso poner en marcha una campaña de rehabilitación, para preservar estos restos e indagar en el origen de un templo desconocido. Situada en El Viso, el edificio planteó varios retos al equipo de investigadores que buscó en su pasado: la arqueóloga Paula Bartolomé, el historiador Miguel Cimadevilla, la restauradora Natalia Días y la topógrafa Marta Bartolomé.

Uno de los retos, sin duda, fue despejar las fechas de construcción y de traslado a la nueva iglesia. Otro, encajar las piezas que no parecen concordar con las hipótesis sobre la mesa.

Si el edificio pertenece a la época románica, tal y como se inclinan a pensar los investigadores, es difícil explicar un elemento, el de arranque de las pechinas.

También suponen un interrogante los restos humanos –parte de un fémur, una tibia y un peroné– hallados prácticamente al nivel de la superficie, junto a un altar lateral. Lo que se ha hecho es recuperar los muros y consolidar los restos. Los trabajos en torno a esta iglesia se apoyan en tres patas. Por una parte, la elaboración de un informe, mediante vaciado documental de las fuentes escritas y memoria histórica para poder documentar el edificio: de esta tarea se ocupó el historiador Miguel Cimadevilla. La segunda consistió en consolidar los muros y limpiar los restos del edificio, comidos anteriormente por la maleza y los árboles que crecían en el interior de la vieja iglesia. Además el conjunto corría riesgo de desplome. La restauradora Natalia Díaz Ordóñez se encargó de realizar el mortero adecuado para dar mayor consistencia a los muros.

Las fuentes documentales para indagar en los orígenes de este edificio son muy escasas y, de hecho, en ningún documento había ninguna referencia a San Jorge de La Peral, que es el nombre de la actual iglesia. Pero en el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo, de 1385, se hace referencia a San Jorge de Sargos, en el concejo de Illas.

El equipo de investigadores sospechó que este era el nombre primigenio del templo, y que de "Sargos" deriven topónimos que continúan en la actualidad, como Argañosa.

La hipótesis es que hacia el siglo XVIII el culto se trasladó a la nueva iglesia, que ya aparece registrada en el Catastro del Marqués de la Ensenada. No obstante, los detalles de este traslado pertenecen al olvido, lo mismo que los orígenes del templo viejo.