Manuel Tuero espera la visita de LA NUEVA ESPAÑA en un despacho en el que podría disputarse un partido de fútbol. Tiene la sonrisa en la boca durante toda la entrevista y no para de recordar que está enamorado de Asturias y que se acerca a su tierra al menos una vez al mes. Es técnico superior de la Administración y antes de aterrizar en el BOE desempeñaba el puesto de director general de Calidad Ambiental de la ciudad de Madrid, a las órdenes de Ana Botella, del Partido Popular. Durante el mandato de José María Aznar fue director general del Secretariado del Gobierno. También fue concejal en Valladolid.

-¿Podría explicar en cinco líneas qué es el «Boletín Oficial del Estado»?

-El BOE es la forma de acceder al conocimiento de las normas jurídicas y a la realidad administrativa española. El BOE es un periódico que refleja todo eso.

-Lleva usted ocho meses en el cargo, ¿es suficiente para hacer balance?

-El balance es muy positivo porque nos ha dado tiempo a poner en marcha bastantes proyectos de mejora y a preparar otros muchos que van a funcionar muy pronto. Por ejemplo, se ha reorientado toda la página web de forma que se piensa en un sistema táctil para llevar el BOE en el teléfono o en la tableta. Estoy muy ilusionado.

-¿Estaba todo en orden o ha tenido que cambiar algo?

-Estaba todo en orden. No hubo que cambiar absolutamente nada, sólo trabajar para avanzar día a día. Los directores que ha tenido la casa durante los últimos doce años presentan todos un perfil de excelencia técnica y fueron capaces de abordar el cambio del papel a digital de forma extraordinaria. Lo que no puede pensar el director de una institución con 350 años de historias es que el BOE se fundó cuando le nombraron a él, sería el error más grande que se puede cometer en este trabajo. Por ejemplo, no se pueden poner las cosas patas arriba y colocar la sección primera donde estaba la sección cuarta, eso sería terrorismo administrativo.

-¿Cuál es el camino que sigue una norma a publicarse en el BOE?

-Recibimos una serie de disposiciones del Secretariado del Gobierno que nosotros ordenamos en cinco secciones en función de su importancia. Nosotros no podemos modificar absolutamente nada de lo que nos envían, sólo advertimos si detectamos un error. Somos meros difusores de lo que nos llega impuesto.

-¿Se puede hacer política desde el Boletín?

-No, solamente se puede hacer política de servicio público.

-Lo que dice el BOE va a misa ¿no?

-Hombre, es que si no estás en el BOE, realmente no estás. La vida de muchos sectores depende de su publicación en el Boletín. El BOE es la iconografía del poder público.

-¿Las nuevas tecnologías son el motor de la difusión del conocimiento jurídico?

-Sin duda. Nosotros contamos con profesionales expertos que cada día trabajan para innovar. Estamos haciendo aplicaciones para móviles, programas avanzados para todo tipo de utilidades... Además prestamos apoyo tecnológico a otras áreas de la Administración. Tenemos una especie de laboratorio especializado en nuevas tecnologías.

-Cuentan ustedes con estrictas medidas de seguridad, ¿qué pasaría en el supuesto de que el edificio sufriese un ataque y no pudiera editarse el Boletín?

-Se ve por la protección perimetral que el BOE es un punto estratégico de la Administración del Estado. Tenemos protección antibombas y todo tipo de sistemas contra el intrusismo. De hecho, si el edificio fuese destruido, nosotros seguiríamos publicando. Los procesos están duplicados o triplicados porque son procesos críticos. Hay otros puntos de Madrid donde podría ser editado el «Boletín Oficial del Estado». Si el BOE no se publicara un día el sistema español estaría en peligro y eso no puede permitirse.

-¿Cuál es el perfil del usuario del BOE?

-Pues lo primero es decir que diariamente entran en la página del BOE una media de 400.000 personas. Lo hacen en horarios laborales, principalmente durante las primeras horas de la mañana. Las consultas decrecen a las once de la mañana y van disminuyendo progresivamente hasta que experimentan un repunte a última hora de la tarde. La mayor parte de los usuarios del Boletín son profesionales del derecho, de la Administración pública o personas del sector privado que consultan las normas jurídicas, los anuncios o el Boletín Oficial del Registro Mercantil.

-¿El objetivo del director es conseguir más lectores o el éxito no se mide igual que en el resto de diarios?

-El objetivo es que lo árido de las materias que publicamos sea más comprensible. Pasar del color gris de nuestra imagen corporativa al azul de la accesibilidad y transparencia. El BOE ha de ser un ejemplo de la nueva política de transparencia del Gobierno.

-¿No cree que también habría que cambiar el tipo de lenguaje que se utiliza para avanzar hacia esa transparencia?

-Habría que cambiar el tipo de lenguaje jurídico para hacerlo más asequible, garantizando, por supuesto, la precisión jurídica, efectivamente.

-¿Es cierto que el BOE le cuesta muy poco al contribuyente?

-El «Boletín Oficial del Estado» tiene una buena gestión. Hay un dato que permite comprobarlo, la factura de teléfono de los 480 funcionarios que trabajamos aquí asciende a 360 euros mensuales, casi tanto como lo que gasta una familia en sus móviles. Se utiliza un sistema informático para las comunicaciones internas y externas muy avanzado que ha sido creado por los propios servicios informáticos del BOE, que son de uno de los mejores preparados de la Administración del Estado. Además, también ingresamos dinero a raíz de los anuncios y del resto de publicaciones que sacamos desde la imprenta.

-¿Entonces la crisis no se nota de alguna forma en el BOE?

-Claro, de forma acusada. Nuestros ingresos procedentes de anuncios han disminuido un 25 por ciento. La venta de libros en soporte papel también ha bajado, aunque eso es algo lógico porque hay cosas que hacemos en papel que están gratis en la web .

-¿Cuánto se ahorra tras dejar el papel?

-Tres millones de euros anuales. Además generamos valor social, abaratamos costes al sector privado mediante las nuevas tecnologías.

-La idea es llegar a todo el mundo, ¿qué pasa con las personas ciegas?

-La web del BOE es accesible a invidentes.

-¿Sigue usted la política asturiana?

-Claro, y mantenemos relación con sus políticos. Por ejemplo, nos hemos ofrecido a la Consejería de Presidencia del Principado para confeccionar un código de derecho público asturiano y editarlo en formato libro electrónico.

-¿Eso es barrer para casa?

-Bueno, se trata de una comunidad que evidentemente me resulta muy querida porque es mi comunidad. Al margen de mi afectividad por Asturias, nuestra relación institucional con la región es muy buena.