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Desayuno barato sólo para sus señorías

Los funcionarios que protestan los viernes ante la Junta reclamaban ayer disfrutar de los sabrosos precios de la cantina parlamentaria

Desayuno barato sólo para sus señoríasMiki López

A las puertas de la Junta General, como todos los viernes, un grupo numeroso de funcionarios protesta contra los recortes. Esta vez añaden un nuevo cántico al repertorio que acompaña el rechiflar de silbatos. Gritan que ellos quieren desayunar en la cafetería del Parlamento, que también tienen derecho a pinchos subvencionados y a cafés tan baratos como los que disfrutan sus señorías. El cortado cuesta en la cantina de la Cámara regional 0,70 euros. Si se le suma un pincho o bollería, la cuenta apenas supera el euro (1,05). Dentro, en la planta baja, el Pleno se desarrolla con el ritmo habitual y a la cafetería llegan diputados, funcionarios y algún periodista. Aprovechan las bajadas de tensión en el debate para engañar el estómago. No hay reacciones. Ningún grupo parlamentario opina ante la grabadora sobre un servicio con un coste de 16.630,37 euros y que mantiene un puesto de trabajo.

Esta polémica no gusta a los diputados. La controversia llega desde el Congreso en Madrid, donde su cafetería ofrece el menú del día y el gin-tonic a 3,45. En la calle Fruela de Oviedo, donde se legisla para Asturias, no hay menú y sí pinchos de supervivencia. La lista de precios rebaja el combinado de ginebra y tónica a 1,80 euros, pero la camarera asegura no haber servido ni un solo cubata en sus once años tras la barra. De vez en cuando, a última hora de la mañana, se despacha un botellín de cerveza, poco más. Es común que algún diputado asuma rondas de cafés y pinchos. En su descargo cabe señalar a muchas de sus señorías como habituales de los bares cercanos a la Junta, donde los precios se multiplican por dos. Pero sólo cruzan la calle cuando el Pleno ha terminado o si no hay una sesión en marcha. Cuestión de comodidad y de tiempo, pues la estancia media suele ser corta, ante la premura de las votaciones.

A micrófono cerrado varios diputados aluden al puesto de trabajo que se puede perder si la cantina cierra sus puertas por esta polémica. Otra asegura que se lleva el tentempié de casa y uno más dice que esto es un asunto de la dirección de la Cámara. Es cierto, fue la Mesa la que acordó la adjudicación del servicio por esos 16.630,37 euros anuales, hasta enero de 2014.

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