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Todos quieren una foto con "Molinera"

La osa criada en cautividad se deja ver tras la hibernación en el monte Fernanchín y acapara la atención de los turistas, menos pendientes ahora de "Paca" y "Tola"

Todos quieren una foto con "Molinera"

Hay relevo para "Paca" y "Tola". La osa "Molinera" se ha convertido, de la noche a la mañana, en la estrella de los valles del Trubia (Quirós, Proaza, Santo Adriano y Teverga) y pocos turistas se han quedado esta Semana Santa sin una foto o un vídeo del animal, criado en cautividad desde que fuera encontrado malherido en septiembre de 2013 en Leitariegos.

La joven "Molinera", de cerca de tres años y recién salida de la hibernación, es ahora la protagonista y acapara prácticamente toda la atención de los visitantes, en detrimento de las ancianas "Paca" y "Tola", las hermanas osas que superan ya el cuarto de siglo de vida y hasta ahora "reinaban" en el cercado de Proaza y Santo Adriano. El mismo donde han sido criadas, tras ser rescatadas en 1989 cuando un cazador furtivo mató a su madre.

El éxito de "Molinera" es fácil de entender, no sólo por su juventud, sino por la novedad. Y es que la osezna poco se ha dejado ver o, mejor dicho, poco la ha dejado ver el Principado desde que la trasladase a las instalaciones de los valles del Trubia a finales de 2013. Aquí llegó después de un intento fallido de reintroducción en los montes de Degaña, donde se soltó a la osa tras ser curada de sus heridas en Sobrescobio.

Primero, se la encerró en un recinto del cercado nuevo, completamente blindado sin posibilidad de verla. Luego, el pasado noviembre, se la trasladó al cercado antiguo, más grande, en el monte Fernanchín, donde crecieron las hermanas "Paca" y "Tola" hasta que fueron trasladadas en 2008 a las nuevas instalaciones para tratar de que tuvieran crías junto al oso "Furaco". El objetivo de la Consejería de Agroganadería ha sido siempre que la osezna mantuviera el mínimo contacto humano. Algo a lo que ayudó la hibernación de ésta, que se perdió por las cuevas del monte Fernanchín y era imposible o muy difícil de ver en los últimos meses.

Posados

Hasta ahora. Con la llegada de la primavera "Molinera" ha despertado y campa a sus anchas por el cercado. Hasta parece que le gusta la presencia humana, pues ante las insistentes llamadas de los caminantes, la osezna baja hasta la valla que separa su recinto de la senda -apenas dos metros- y se deja fotografiar sin problemas. Es toda una atracción, ya que corre de un lado a otro y hasta atiende y posa para las fotos y vídeos.

Una situación que tiene encantados a los empresarios de turismo de los valles del Trubia, que con "Molinera" ven asegurado en el futuro el tirón turístico de la zona, que esta Semana Santa ha estado de bote en bote. Para muestra, la jornada del Viernes Santo, donde fue prácticamente imposible encontrar aparcamiento en los lugares habilitados en torno a la Senda del Oso. Circular por ésta, a pie o en bicicleta, fue todo una prueba de obstáculos, sobre todo, a la altura de los cercados: el de arriba, donde "Molinera" disfruta de su recién estrenado "reinado"; y el de abajo, que comparten "Paca" y "Tola" con "Furaco", aunque separados.

El oso -cedido por el parque de Cabárceno- está solo en un recinto, algo alejado de la senda, lo que dificulta que los visitantes puedan disfrutar de buenas vistas. Las hermanas están más cerca, pero apenas tienen ya gracia. Les pesan los años, sobre todo, a "Tola", quien estuvo bastante enferma, aunque a finales del verano pasado parecía que algo se había recuperado.

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